Seis meses de obras y un presupuesto "totalmente asumible por el Ayuntamiento de Zamora ejecutar la remodelación del palacio plateresco del siglo XVII, el antiguo Ayuntamiento viejo de la capital como Museo de Baltasar Lobo que dará cabida a la muestra permanente de 230 piezas.

El proyecto contempla la creación del denominado "Laboratorio Lobo", almacén, en los sótanos del edificio, visitable y en el que se concentrarán todas las piezas del artista de Cerecinos de Campos que actualmente en depósito en el Museo Provincial, con lo que el visitante podrá observar entre 600 y 700 trabajos del Lobo. Estas piezas del artista podrán rotar para ir mostrándose en el primer y segundo piso y en la galería exterior, en la balconada exterior, espacios destinados propiamente a la exposición que suman más de 500 metros cuadrados, a los que el visitante podrá acceder sin barreras arquitectónicas, al preverse la instalación de un ascensor.

La propuesta que lanzada ayer el alcalde de Zamora de IU, Francisco Guarido, para "abrir un debate público, puede haber otras alternativas", subrayó antes de ensalzar la ubicación en la antigua sede consistorial como "viable en un corto espacio de tiempo y con rapidez", puesto que la institución local puede asumir el coste sin financiación exterior: 450.000 euros para las obras de reordenación del espacio, que ha elaborado el arquitecto Enrique Bonet y 250.000 para el proyecto museístico en sí que ha ideado Juan Manuel Bonet, ex director del Museo Reina Sofía y del Instituto Cervantes.

El proyecto que el equipo de Gobierno municipal IU-PSOE ha puesto sobre la mesa es "razonable y de calidad extraordinaria para contribuir a una decisión futura" con cierta inmediatez si el Ayuntamiento mantiene la ubicación en este singular inmueble de la Plaza Mayor. Guarido insistió en que se trata de una alternativa "creíble, realizable, que exprime todos los espacios del Ayuntamiento viejo", con la que pretende huir de la polémica, "es una opción", reiteró.

Guarido mostró su deseo de que los zamoranos valoren esta propuesta y la comparen con las que se han ido postulando, como el edificio del antiguo palacio de la Diputación Provincial o la sede del Consejo Consultivo, para que antes de final de este 2019 se haya elegido el enclave del Museo de Lobo.

Mucho más tajante fue la concejala de Cultura, María Eugenia Cabezas, al manifestar que "todos queremos un centro de arte, pero hay que dar propuestas realistas. Se puede hacer un museo digno donde se pueda dialogar con la obra de Lobo y generar actividades", que den vida al espacio, que no lo conviertan en un mausoleo, como explicaba Juan Manuel Bonet, el encargado de idear esa parte que mantendrá la interacción de los visitantes con el espíritu del escultor zamorano en un futurible Museo situado en Ayuntamiento viejo. "Queríamos que alguien nos contara la historia de la obra, su historia", indicaba Cabezas en referencia al escultor zamorano, una tarea en la que Juan Manuel Bonet, que se confiesa gran admirador de Baltasar Lobo, se ha empleado a fondo para desplegar todas las dimensiones del hombre y del artista, "del zamorano universal, abocado al exilio, de extraordinaria pureza y capacidad para desarrollar el arte".

Los zamoranos y quienes se aproximen a Lobo a través de este proyecto museístico del prestigioso crítico de arte y literatura disfrutarán en la inmersión de una evolución desde lo más primitivo de la creación escultórica, el Lobo "artesanal, al artista único que ya en los años 30, en Madrid, empieza a saber de la obra de Picasso y Logance". Y es que el zamorano "bebió de lo mejor de su tiempo", de los grandes hacedores de arte. Por eso, el proyecto que abandera el Ayuntamiento de Zamora "no es solo un museo", sino una propuesta mucho más ambiciosa, que pretende mantener un diálogo permanente entre Lobo y todo aquel que se sumerja en su mundo.