La familia de las cupressaceae que incluye especies coníferas autóctonas como los cipreses, enebros y sabinas, o introducidas, como las ornamentales arizónicas o siemprevivas, está provocando la presencia de niveles de polen moderados en la provincia de Zamora, con concentraciones de entre 26 y 50 granos que incluso llegan a ser altas en el este provincial, al superar esa cifra.

Actualmente es uno de los tipos polínicos con mayor importancia en la producción de alergias, advierte la Consejería de Sanidad de la Junta, "por el incremento progresivo de pacientes sensibilizados, debido al extenso uso de ciertas especies como setos ornamentales y a la gran producción de alérgenos por parte de estas plantas, como respuesta a la contaminación ambiental".

Las cupresáceas no tienen verdaderas flores y sus órganos reproductores se agrupan en conos pequeños y variados. Los conos masculinos están constituidos por verticilos de estambres con forma de escama y los conos femeninos suelen ser globosos u ovoides.

La floración difiere según los géneros. El género Cupressus florece de octubre a abril y su época de polinización, según los géneros es en febrero y marzo. El Juniperus, sin embargo, florece de octubre a febrero polinizando en los meses de noviembre-diciembre. Thuja florece en otoño-invierno y mantiene su época de polinización de diciembre a febrero.

Se trata de un polen de alergenicidad moderada, principal responsable de las polinosis invernales. La presencia de este polen, unida al aumento de la contaminación atmosférica está produciendo problemas a los alérgicos en muchas ciudades del país. La situación anticiclónica provoca que la contaminación por el humo de los coches se quede en la superficie y potencie el poder alergénico del polen. En Zamora. sin embargo, no se ha registrado aumento de contaminación.