A las 4.45 horas, la alarma despertó ayer a los propietarios del bar Sayago, situado en el barrio de Pinilla. Los poco más de cinco minutos que los dueños tardaron en llegar al establecimiento fueron suficientes para que los ladrones desvalijaran las dos máquinas tragaperras para llevarse los 2.000 euros, así como las cantidades que había en la caja registradora, con poco dinero, y otra cantidad que guardaban en el local.

"Venían a por dinero y conocían el bar", explica su propietaria, convencida de ello porque "se llevaron hasta una hucha que teníamos de mi nieta, han movido las máquinas de la lotería", rebuscado por todos los lados. Lo que no les interesaba eran las bebidas, "no se llevaron nada". Eso sí, destrozaron una de las máquinas tragaperras, para lo que usaron algún objeto contundente porque "la han dejado inservible de arriba abajo", agrega la dueña del negocio.

Los ladrones estaban bien equipados para poder entrar al inmueble, con herramientas suficientes como para poder acceder al establecimiento reventando la verja trasera del mismo que protegía la entrada trasera, a la que accedieron escalando por la fachada de atrás para acceder al patio interior.

Los más probable es que los ladrones hubieran frecuentado el bar y observado los movimientos de sus dueños, es posible que se trata de algún grupo organizado que estudia los negocios que pretenden asaltar para actuar con la mayor rapidez posible y evitar la acción de la policía.

Este no es el primer asalto que sufre este establecimiento de hostelería, "nos han robado muchas veces". La última vez, este verano, tuvieron más suerte, "no pudieron", apunta la dueña, que transmite la inseguridad que viven últimamente los propietarios de locales de hostelería en este popular barrio.

"Estamos todo el día trabajando para que se lleven lo que tienes", declaraba en la mañana de ayer, aún afectada por el robo sufrido y haciendo inventario del coste de los desperfectos que les han provocado al estropear la verja para poder entrar en el local, que estaba totalmente revuelto cuando llegaron los propietarios.