Tras el minuto de silencio guardado en las Cortes regionales antes de iniciarse el pleno de diciembre, la presidenta de la cámara, Silvia Clemente, remitió una carta de pésame a la familia de Laura Luelmo. En la misiva, la responsable del parlamento castellanoleonés explicó el gesto de los procuradores hacia la docente y diseñadora zamorana. La familia Luelmo respondió con otra carta, agradeciendo el gesto de Clemente. El intercambio de epístolas habría quedado ahí, de no ser porque los padres de Laura incluyeron unas palabras invitando a la reflexión a los representantes regionales y un durísimo mensaje al Gobierno del país: "Nosotros, sus padres, denunciamos que el Estado ha fracasado estrepitosamente al no ser capaz de garantizar el derecho a la vida y a la integridad física de nuestra hija (...)". La repercusión del escrito ha alcanzado, como un relámpago, las portadas de los medios nacionales.

La familia de Laura se siente "desbordada" por la repercusión de la epístola, máxime porque se trataba de una carta "personal", dirigida a la presidenta de la cámara, Silvia Clemente, y no una información pública, según ha puntualizado a este diario. Los padres de la joven docente hicieron constar, en efecto, el agradecimiento y el minuto de silencio de las Cortes, pero no quisieron dejar pasar la ocasión -ni por Laura ni por el resto de víctimas de violencia machista- para pedir a los procuradores que "reflexionen". No es el parlamento regional el lugar donde legislar sobre esta área, pero sí se trata de un órgano "legislativo". En cumplimiento con la voluntad de la familia, la propia Silvia Clemente remitió la misiva de la familia a los 84 integrantes del parlamento autonómico, precisamente, para llevarlos a la reflexión que reclaman los familiares de Laura. LA OPINIÓN-EL CORREO reproduce la citada carta de forma íntegra.

Porque el silencio de los procuradores, según recoge la epístola, "no es suficiente". Los padres de Laura entienden que la inacción del Estado al exponer a la joven "a un ser monstruoso (Bernardo Montoya) que, habiendo pasado por instituciones penitenciarias con el fin último del cumplimiento de su pena y su total rehabilitación para su inserción social, en el momento en que sale en libertad, comete de nuevo, en la persona de nuestra hija, los dos actos (asesinato y agresión sexual) por los que fue anteriormente condenado". La familia Luelmo defiende merecer "una disculpa y una petición pública de perdón del Estado por la no consecución del propósito de cumplimiento de la pena, al menos en el sujeto que ha acabado con la vida de nuestra hija".

Porque, y en definitiva, para los allegados de Laura, "las Cortes de Castilla y León, que ostentan el poder legislativo, pueden hacer mucho más para apoyar a nuestra familia, rota por el dolor, con actuaciones concretas, estudios y propuestas para que se revise el Código Penal, para que este tipo de delitos sean real y duramente castigados y no solo públicamente reprobados (...)".