La crisis de los "chalecos amarillos" complica las relaciones comerciales entre Castilla y León y Francia, que generan un tráfico de 5.000 toneladas diarias, unas 160.000 mensuales con un valor de unos 510 millones de euros. La protesta, que lleva como símbolo esta prenda que los automovilistas franceses deben llevar en sus vehículos, arrancó como respuesta al impuesto al diésel, pero en pocas semanas se ha extendido al resto del país. Por lo que refiere a la provincia de Zamora, según los datos del Ministerio de Industria, salen mensualmente productos por valor de más de dos millones de euros con dirección al país galo. Francia es el segundo socio exterior más importante de Zamora por detrás de Portugal.

El conflicto, que ha llevado al presidente Emmanuel Macron a adoptar importantes medidas, complica la actividad de las empresas de Castilla y León con clientes o proveedores en Francia, cuyas exportaciones o importaciones dependen de que puedan circular por las carreteras los camioneros en un momento en el que esta revuelta, a la que se han incorporado grupos violentos, está levantando barreras, bloqueando pasos fronterizos y destrozando radares de velocidad.

Asimismo, los nueve primeros meses del año dejan un flujo comercial por carretera de unos 1,4 millones de toneladas, de los que más de 587.200 responden a exportaciones de la comunidad y casi 892.000 a importaciones, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo. Esto indica que cada mes se mueven de media por la red viaria unas 160.000 toneladas, casi 5.300 al día, lo que indica las consecuencias que pueden generar los cortes en las autovías y autopistas francesas.

Por su parte, el portavoz de la Federación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera (Fetracal) Óscar Baños, presidente de la asociación Aempatra de Palencia, denunció a Ical los efectos que están teniendo para las empresas de la comunidad esta movilización. Insistió en que están sufriendo pérdidas económicas, así como retrasos en las cargas y descargas, a lo que se une la incertidumbre, puesto que desconocen en que punto del país vecino serán parados.