La "avenida de los monolitos", como durante un tiempo se ha denominado a este tramo de muralla que discurre por la Bajada de San Martín y la avenida de la Feria, nació durante el mandato de Antonio Vázquez con el inicio de los trámites para la liberación de la muralla que en este 2018 recibirá un fuerte espaldarazo. Desde entonces, todos los alcaldes que han pasado por la Casa de las Panaderas se han empleado a fondo para eliminar los edificios anexos a la fortificación medieval.

El citado regidor popular logró un primer acuerdo con Iberdrola para liberar el espacio de muralla ocupado por el número 33 de la avenida de la Feria. Este se convertiría en el primero de los cerca de treinta edificios de este tramo lineal que caería presa de las excavadoras con el impulso del Ayuntamiento de Zamora. Vázquez continuó su política de acuerdos con entidades para liberar tramos de muralla, tales como Caja Duero, Caja España o Caja Madrid. Fruto de estos acuerdos, se colocaron a modo de agradecimiento estas placas sobre piedra que ahora han sido robadas.

Vázquez también abrió la puerta a las expropiaciones, como hizo con un garaje de autobuses situado en la Feria. E incluso introdujo la fórmula de las permutas urbanísticas en el año 2005 ante la inexistencia de más donaciones. Posteriormente, Rosa Valdeón continuó por el camino de la expropiación, aunque en este caso, forzosa. Así ocurrió en los números 31 y 11 de la avenida de la Feria, a petición de los propietarios.

Y ya en este mandato, bajo la tutela de Francisco Guarido, la liberación de la muralla ha alcanzado su máxima actividad con los derribos de los números 17, 19 y 31 de la avenida de la Feria, los números 9 y 11 de la calle Mesones y el local de Ciclos Piti.