Conoce la historia de la magia al dedillo y no cree que las personas puedan vivir sin ilusiones. Esta tarde el escritor Ramón Mayrata abordará "El arte de la ilusión" en el primer día de las Jornadas Internacionales de Magia de Zamora que este año cumplen 25 ediciones. La conferencia comenzará a las 19.30 horas en el salón de actos de la Biblioteca Pública con entrada gratuita hasta completar aforo.

- ¿Por qué es interesante conocer la historia de la magia?

-En estos momentos existe todo un movimiento intelectual que empieza a valorar la influencia de determinadas actividades a las que no se han prestado demasiada atención, pero que sin embargo han tenido que ver en el desarrollo de nuestra cultura. La magia en sus orígenes estaba muy unida al chamanismo y a la religión, pero cuando se secularizó y rompió sus lazos con el mundo del más allá, se convirtió en una actividad artística que ha sido muy importante para configurar el mundo en el que vivimos.

- ¿Por qué?

-Porque realmente ha dado lugar a la sociedad del espectáculo. La mayor parte de las tecnologías del espectáculo, no solo las tecnologías teatrales o los efectos especiales sino también el cine y la mayor parte de las tecnologías visuales tienen su origen en el mundo de la magia. Esta ha sido fundamental a la hora de configurar el mundo tal y como lo vivimos en este momento.

- ¿Cuál es su objetivo?

-Su misión como arte escénico es precisamente volver a reencantar al mundo que nos rodea. Una vez que en el mundo ha triunfado el racionalismo y hay explicación para casi todos los fenómenos, parece que pierde en gran parte su misterio. Y de nuevo es el arte y el espectáculo de la magia el que de algún modo nos devuelve la capacidad de maravillarnos, de enfrentarnos a un imposible, a algo que no comprendemos, de encontrarnos delante de nuestras narices con algo que no tiene explicación alguna.

- Sin embargo, el gran público sigue siendo escéptico...

-Siempre va a vivir en un mundo ambiguo aunque desde el Renacimiento haya roto sus vínculos con el mundo espiritual. Antes, las gentes cuando veían un juego de magia hecho por alguien no pensaban que esa persona había hecho ese prodigio sino que pensaban que era fruto de la intervención de algún ser exterior, de algún espíritu, por ejemplo del demonio en la Edad Media. Los derechos de autor de los juegos de magia no se le sumaba al mago sino a todos estos seres.

- ¿Y ahora?

-Ahora cuando alguien va a ver un espectáculo de magia sabe que se va a enfrentar algo que es una disciplina artística, que es el ingenio, el buen hacer y el arte del mago lo que logra crear esos prodigios.

- Pero siempre hay alguien que dice esto lo ha hecho así o asá, fulanito o menganito. ¿Por qué seguimos buscando una explicación a todo?

-Creo que es tan fuerte la sensación de enfrentarte a algo que no comprendes, que siempre existe la tentación de darle una explicación sobrenatural. Eso se da mucho dentro de una de las especialidades de la magia que es el mentalismo. A pesar de que los mentalistas insisten durante sus actuaciones en que ellos no tienen poderes sobrenaturales, siempre al final cuando termina el espectáculo hay alguien que toca la puerta de su camerino y le pide por favor que le ponga en contacto con tal pariente que murió. La magia también tiene algo que tiene mucha fuerza y es la realización.

- ¿Qué quiere decir?

-Detrás de cada juego de magia siempre existe la realización de un deseo imposible. Por ejemplo, cuando Houdini se liberaba de cadenas, argollas o esposas, en realidad lo que nos estaba transmitiendo era la sensación de liberación de todas esas ataduras que nosotros sentimos en la vida cotidiana. Al ver ese juego, de alguna forma nosotros sentimos esa liberación. La mayor parte de los efectos son un desafío a las leyes naturales, son un desafío a la enfermedad, a la muerte. Un juego tan bello como el hilo roto y recompuesto en realidad es un cuento en el que nos están contando cómo la vida es muy quebradiza pero también cómo puede recomponerse. Es decir, detrás de cada juego de magia hay un potente deseo humano pero que es un imposible. Entonces, psicológicamente tiene una enorme fuerza y lo que estamos viendo no es solo lo que está haciendo el mago sino lo que simboliza en un lenguaje universal: la libertad, la capacidad de enfrentarnos a la muerte y a la enfermedad, la capacidad de otorgar la vida, etcétera.

- Su conferencia de hecho lleva por título "El arte de la ilusión". ¿Nos hace falta más ilusión en el día a día?

-Ahora estoy escribiendo un nuevo libro que se llama precisamente "Ilusión". Y lo primero que empecé preguntándome es si realmente los seres humanos estamos capacitados para vivir sin ilusiones. Pienso que es imposible. Realmente gran parte de lo que nos rodea podemos decir que es un mundo de ilusión. La gente hoy en día consume Netflix en dosis absolutamente inimaginables hace años. Netflix es ficción, ilusión, vivir otras vidas, en otras circunstancias distintas a la vida real que nos rodea. Ceñirnos exclusivamente a la vida real es algo que nos resulta imposible, es como vivir en una cárcel. Y por tanto, siempre existirá un planteamiento para salir de ahí. De hecho, la magia hace visible lo invisible: deseos, sueños, pensamientos? La magia sería la realidad virtual en la época en la que no existían instrumentos electrónicos para crearla.

- ¿Y cómo han influido en la magia esos instrumentos electrónicos o nuevas tecnologías?

-La vida de la magia siempre ha sido paralela a la ciencia. Por ejemplo cuando de pronto se descubre las leyes de la reflexión en Grecia, comienzan a utilizarse espejos para hacer apariciones y desapariciones. Cuando se descubren las leyes de la atracción de los imanes, también se empiezan a utilizar. El desarrollo de la ciencia y de la tecnología también ha sido fuente de inspiración de los juegos de magia. Y muchas veces los juegos de magia han hecho desarrollar ciertas tecnologías. Entonces, en este sentido, la magia ha tenido dos cabezas, como generalmente pasa en muchas otras artes. Hay una parte de los magos que asimilan esas nuevas tecnologías y las llevan a su terreno. Y por otra parte, hay otro tipo de magos que ante una situación nueva donde prima lo tecnológico sobre lo artístico, se convierten en gente muy radical e intentan seguir provocando la sensación de maravillar y provocar la ilusión con los elementos tradicionales de su arte. Son por ejemplo los magos de cerca que con una simple baraja pueden lograr auténticas maravillas. Existen las dos actitudes y entre medias, también la mezcla de las dos.

- Ya van 25 años de las Jornadas Internacionales de Magia de Zamora. ¿Qué le parece?

-Una maravilla, un milagro, una suerte. Después de 25 años, se ha creado un público exigente que al haber visto mucha magia de gran calidad sabe apreciar la buena y rechazar aquella que no es de valor. Después de tantos años, ha logrado un prestigio enorme y ha conseguido traer a la mayor parte de los mejores magos. Este año por ejemplo viene el que acaba de ganar el campeonato mundial de magia con uno de los números más bellos que imaginar se pueda. El que lo vea no lo va a olvidar en su vida. Además, en Zamora tenéis un referente muy curioso sobre el que LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA publicó un artículo recientemente: Francisco Fernández Pérez, más conocido como Paquito Farrabús.

- ¿La magia está dirigida solo para niños?

-Lo que ocurre es que la magia tiene un poder extraordinario de conmoción en el espectador que muchas veces lo que hace es romper con esas ataduras racionalistas que tenemos y que nos impiden muchas veces abandonarnos, dejarnos llevar. Nuestra imaginación comienza de nuevo a funcionar y en ese sentido, volvemos a recuperar el niño que llevamos dentro con la libertad de crear e imaginar que teníamos cuando jugábamos de pequeños. Cuando se dice que la magia está dirigida a los niños, en realidad está dirigida a esa libertad imaginativa que los niños tienen en los juegos y que los adultos generalmente perdemos. Por ejemplo, Picasso contaba que cualquier niño era capaz de dibujar muchísimo mejor que una vez que le enseñaban una serie de normas académicas. Al encorsetarles, toda la magia creativa se perdía a costa de la parte más técnica.