"Estamos en shock". Los amigos de Israel Rodríguez Miranda, el zamorano hallado muerto junto a su esposa y sus dos hijas de 3 y 5 años en Tenerife, se reunían ayer para recordar al amigo, "bonachón, muy sonriente siempre, un tío muy buena persona", según declaraban a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, sin poder dar crédito al terrible suceso, la muerte de toda la familia que implicaría la intervención directa de quien era militar antes de que se quitase la vida ahorcándose.

El círculo más íntimo de la infancia y adolescencia de Israel, conservado con el transcurso de los años y cuya relación se había intensificado gracias al whatsapp en los últimos tiempos, "hablábamos casi a diario", indica uno de los amigos, que, "conmocionados", no dan crédito a lo ocurrido. "Era una persona encantadora", explica su amigo y escritor zamorano José Ángel Barrueco, quien le describe "como un caballero andante, una bellísima persona, no acabamos de encajarlo".

Con una amistad forjada desde la infancia, cuando ambos estudiaban en el Arias Gonzalo, "Los Bolos", a lo largo sus casi 45 años de edad, Barrueco evoca a un Israel "muy defensor de las mujeres. Si en un bar aparecía el típico moscón, protegía a las amigas". Y a los amigos, si alguien buscaba bronca, allí estaba él para "protegernos, era un pacificador", remacha el escritor que llegó a inspirarse en las vivencias del militar zamorano en Irak, destinado en misión de paz. Las páginas de uno de sus cuentos publicados en la revista Zamora Cofrade recogen el relato, "que le gustó mucho", que quedará como un pequeño homenaje al amigo perdido en tan trágicas circunstancias.

Todas esas cualidades no encajan con lo ocurrido, con la hipótesis de que pudo ser él que sedara a su esposa y sus hijas para después asfixiarlas sin que sufrieran y, acto seguido, ahorcarse maniatado, de acuerdo con los datos a los que ha tenido acceso La Opinión de Tenerife. Detrás, los gravísimos problemas económicos que atravesaba la pareja, de acuerdo con la información recabada por el diario del Grupo Prensa Ibérica, mismo grupo editorial de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Al grupo de amigos -algunos tras compartir aula en el Instituto Maestro Haedo, desde donde salió para entrar en el Ejército- se incorporó Paula Teresa, de 33 años, la esposa de Israel, "una mujer muy divertida y majísima", rememora Barrueco, que evoca al amigo "con sus niñas en brazos siempre, las tenía en palmitas".

La Semana Santa solía reunir a los amigos en Zamora. La cita anual era ineludible casi cada año. El chico criado en la avenida de Las Tres Cruces, "un zamorano de pro, llevaba Zamora por bandera", recuerda otro amigo que prefiere permanecer en el anonimato, regresaba ya con su familia desde Tenerife. "Era una de las mejores personas que he conocido en mi vida, absolutamente enamorado de su mujer y sus hijas, era pasión lo que sentía por ellas. Es tremendo lo sucedido".

Otra conocida del militar fallecido insiste en el carácter "bonachón" del zamorano y solo acierta a decir que "es imposible que él por sí mismo hiciera nada". Israel estuvo destinado en Pontevedra por primera vez, participó en misiones en Irak y en Afganistán, por lo que fue condecorado con la Cruz al Mérito Militar con distintivo rojo.