Solo uno de cada 434 partos registrados en el territorio español ocurre en la provincia de Zamora. El dato, unido a otros muchos de los distribuidos por el Instituto Nacional de Estadística, muestra que el panorama demográfico de la provincia es muy negro. Zamora registró durante el año 2017 solamente 901 nacimientos, la cifra más baja de la historia -al menos desde que se tienen registros, aunque no es descabellado pensar que hubo más partos donde no alcanzan a medir las estadísticas-. Llueve sobre mojado, porque los 933 del año 2016 también fueron la peor cifra de la historia, como lo fueron los 969 de un año antes y los 1.032 del 2015. Zamora se aleja cada vez más de la cifra de los mil nacimientos anuales, algo que parecía impensable cuando, en 1976, se rozaron los tres mil alumbramientos. Solo Soria, Teruel y Zamora han registrado menos de mil partos en 2017 en todo el territorio nacional.

De la mano de este dato va la tasa de natalidad, indicador que mide la cifra de nacimientos comparándola con la población total de una provincia. Zamora está de nuevo a la cola regional con una tasa de 5,08. Es el dato más flojo del país. Esta estadística demuestra que Zamora no tiene menos nacimientos porque tenga menos población que otras provincias. La realidad es que se registran pocos partos porque el porcentaje de población que se encuentra en edades cercanas a la de la paternidad es escaso.

Aunque la tendencia no ha sido exactamente la misma, las defunciones también han aumentado durante los últimos años. No lo han hecho en una clara línea ascendente -evolución que, a la inversa, han seguido los alumbramientos- pero los datos de ahora son más elevados que los de hace años. En 2017 fallecieron 2.694 personas en la provincia. Mientras que la media de nacimientos por día no llega ni a los 2,5, los datos que publicó el INE en la jornada de ayer indican que cada día pierden la vida más de siete zamoranos. Es decir, solo por la vía del movimiento natural de la población, Zamora se deja siete habitantes diarios. Si a esto se le suma la emigración por motivos laborales el resultado es el que es: una media que en los últimos tiempos habla prácticamente de tres mil habitantes menos cada año. La tasa de mortalidad, de más de quince personas por cada mil individuos, es la segunda más elevada del país, solo superada por el dato que ofrece Lugo y muy lejos de la media del país, que no llega a diez.