La relación respetuosa con la naturaleza, la Tierra o la creatividad suponen algunos los ingredientes presentes en la exposición "Moldes del pasado", que desde ayer puede verse en la recepción del Museo Etnográfico de Castilla y León. En ella se presentan 24 cerámicas hechas por doce profesionales desplazados desde Teruel, Tarragona, Murcia, Madrid o Singapur, México o Dinamarca que han participado en un taller impartido por las ceramistas contemporáneas Mami Kato y por Nuria Martín en la población sayaguesa de Gamones.

Hace dos años la artesana japonesa descubrió las cazoletas de Villardiegua de la Ribera, surgidas de explotación minera romana, y "se planteó de combinar las técnicas de Earth Pot, donde se conecta con la madre Tierra para hacer una vasija, y Rock Mould, utilizando como base las cazoletas", explicó la ceramista Nuria Martín conocida en el gremio como Numa y que califica de "regalo" la enseñanza.

Para efectuar las piezas utilizando las cazoletas como base, "desde el respeto más absoluto", han empleado "planchas de barro blandas crudas" con las han sacado la forma y sobre ellas han vuelto a poner "el musgo y la tierra que se retiró para que quienes las visiten se las encuentren como estaban", describió la ceramista afincada en Sayago desde hace más de una década; mientras que en las obras realizadas siguiendo sobre Earth Pot cada participante efectuó un agujero en el suelo que, con planchas de barro, se rellenó y luego sacaron la tierra de alrededor para que quedase la pieza al descubierto y posteriormente "pusimos toda la tierra como estaba", describió una alumna. Estas unidades, donde no importa la perfección ni la belleza, "están esmaltadas con ceniza de encina y tiene una energía muy importante del contacto con la Naturaleza", precisó Numa.

La artista nipona Mami Kato, para quien Arribes " es un espacio inspirador", señaló que "trabajar con los asistentes del curso hace que cada pieza, de alguna forma, refleje la personalidad de cada uno, lo que resulta muy interesante".

Mari Paz Juárez, venida desde Murcia atestiguó que el taller "ha supuesto un acercamiento a personas que tienen una sensibilidad muy grande y hacer que el barro hable".