Los vecinos del Casco Histórico, principales afectados por el botellón del Jueves Santo, han anunciado su intención de seguir luchando para eliminar una práctica que, consideran, atenta contra la legalidad y la salud pública. La presidenta de la organización vecinal, Carmen Núñez, así lo ha señalado tras la reunión mantenida ayer con el subdelegado del Gobierno en Zamora. "No vamos a parar y desde hoy empezaremos a trabajar para buscar otras alternativas", ha indicado. "Entendemos que es un asunto muy difícil, pero lo que no entendemos es que año tras año no se haga nada nunca", ha indicado la responsable de la asociación.

Carmen Núñez ha apelado a la legalidad para poner coto al botellón. "Lo único que pedimos es poder vivir de acuerdo a la Ley. Solicitamos al concejal de Seguridad Ciudadana que se ponga a trabajar en esto después de dos años en los que no se ha hecho nada; no creemos que se pueda rendir tan fácilmente", ha aseverado. Además, ha manifestado su preocupación por las connotaciones de este evento. "Hemos propuesto alternativas, pero ninguna le parece bien al Ayuntamiento y nos vemos abocados a seguir trabajando también en beneficio de los jóvenes que están perdiendo los papeles", ha comentado.