"Cuidando la memoria" fue el título de la conferencia que ayer impartió el profesor de la Escuela de Enfermería Jesús Gallego García en el salón de actos del Campus Viriato, dentro del ciclo CulturAlcampus. El experto abogó por ejercitar la mente a cualquier edad "para no perder la forma" y, aunque reconoció que las nuevas tecnologías dan una mayor plasticidad al cerebro, también aseguró que era "imprescindible" hacer ejercicios de memorización.

-¿Cuándo hay que preocuparse por cuidar la memoria, solo a partir de una cierta edad?

-La memoria, como almacén de datos, sensaciones, imágenes y procesos cognitivos y afectivos, se va formando y aumentando a lo largo de la vida. Sin embargo, el hecho de memorizar, es decir, de retener ideas, pensamientos y otros procesos captados por los sentidos, en general va menguando en la edad adulta. Cuando nos hacemos mayores observamos que la memoria ya no funciona igual, que cuesta más memorizar y que se olvidan más las cosas. La memoria se debe cuidar y cultivar a lo largo de la vida, pero en la edad adulta y en las personas mayores hay que prestarle mayor atención, pues va decayendo poco a poco y conviene ejercitarla de forma consciente.

-Existe la memoria inmediata, a corto y a largo plazo. ¿Cuál es la que se utiliza más en el día a día?

-En el día a día, el tipo de memoria más utilizada es la de corto plazo o memoria activa. Es una memoria también denominada primaria y tiene que ver con las actividades de la vida diaria y con el trabajo. Su mayor utilidad radica en que, gracias a ella, se generan repuestas rápidas. Sin embargo, actualmente se sabe que la memoria a largo plazo interacciona directamente con la de corto plazo. Es decir, cualquier decisión, por pequeña que sea, la tomamos gracias al aprendizaje acumulado a lo largo del tiempo y que está disponible en el almacén de la experiencia.

-¿Cómo se puede ejercitar la memoria?

-Existen múltiples formas de ejercitar la memoria: la interacción social, hablar con amigos y conocidos, la asistencia a actos culturales, la lectura, los juegos de mesa, resolver crucigramas y sopas de letras, leer el periódico o interesarse por las noticias. Está además el ejercicio físico, especialmente al aire libre, sirve muy bien el paseo activo, poniendo atención en los edificios históricos, incluso en los escaparates y, en general, en todo lo que resulte agradable.

-Estos ejercicios y pautas, ¿qué beneficios acarrea, qué pueden evitar?

-El mayor beneficio es que nos sentiremos bien con nosotros mismos, nuestro intelecto se mantendrá activo y, de esta forma, la memoria se ejercita. El ejercicio de las funciones intelectuales es similar al entrenamiento de un deportista. Al entrenar aumenta su rendimiento. De esta forma, las conexiones neuronales van aumentando y, aunque con la edad se vayan perdiendo algunas neuronas, otras que no se utilizaban ocuparán su lugar.

-¿Cómo ejercitar la memoria en pacientes que ya tienen algún daño, por ejemplo, personas con Alzheimer?

-En las personas que han sufren daños cerebrales, como puede ser un ictus, los ejercicios de recuperación de la memoria son altamente efectivos. Sin embargo, en personas con Alzheimer, por desgracia, no lo son tanto, ya que al ser una enfermedad neurodegenerativa evoluciona a peor, pero sí ayudan a retrasar sus síntomas y mantienen activa la parte que aún funciona.

-¿La simple socialización y tener unas aficiones son suficientes para tener la mente activa?

-Realmente, hoy en día, las relaciones sociales sanas y desarrollar aficiones se consideran dos elementos fundamentales para mantener la mente activa. Además, debe mantenerse una alimentación sana, libre de tóxicos como el tabaco, el alcohol y las drogas. Cualquier actividad cultural o recreativa, así como el ejercicio físico, son sumamente beneficiosos.

-¿Con las nuevas tecnologías se está perdiendo la capacidad de memoria que se tenía hace décadas?

-Evidentemente. En nuestro tiempo nadie pretende memorizar la lista de los Reyes Godos, porque sencillamente lo puede buscar en Internet si para algo la necesita. Por lo tanto, antiguamente se hacían mayores ejercicios memorísticos. Pero también se observa que con las nuevas tecnologías el cerebro funciona de otra forma, la revolución informática parece que da plasticidad al cerebro y, en combinación con estas herramientas, su eficacia se multiplica.

-¿Cómo se puede promover más la memorización?

-Debería de mantenerse en los planes de estudio, a todos los niveles de la enseñanza, una parte importante que tenga que ver con memorizar contenidos. Es cierto que las nuevas formas de estudio están cambiando y que en la universidad se priorizan otros aspectos, como son el trabajo en equipo y la actividad no presencial. Esto es debido a que dichos métodos eran casi inexistentes en el pasado, pero no se puede dejar de lado lo que tiene que ver con memorizar contenidos.

-¿Qué problemas podría acarrear a la larga?

-La memoria es imprescindible para que el cerebro funcione correctamente, si no se cultiva esta función, el intelecto en general se resiente y con esto la capacidad para valorar situaciones, emitir juicios, tomar decisiones y realizar acciones. Las nuevas generaciones deberían tener en cuenta que hay que guardar datos útiles en el disco duro del cerebro.

-¿Le damos la importancia que tiene a la memoria, tanto población en general como sanidad pública en particular?

-En la población general el tema de la memoria se considera más o menos importante según el grupo de edad al que pertenezcan: a mayor edad, mayor interés y preocupación. Los mayores se interesan porque observan sus limitaciones con el paso de los años. La población de estudiantes es otro grupo que se interesa puntualmente por mejorar la memoria, debido a que quieren obtener buenos resultados académicos. En cuanto al Sistema Público de Salud, en los últimos años existe una preocupación por el aumento de casos de demencias tipo Alzheimer, especialmente en personas de edad avanzada, lo cual supone un gasto enorme para el sistema, sin que esté disponible aún ningún fármaco curativo, ni otros métodos de prevención.