La pérdida de 828 vecinos que arroja el saldo del padrón de habitantes el año pasado se ha dejado sentir en toda la ciudad excepto en dos barrios, San José Obrero y Vista Alegre, únicos con ganancia de vecinos durante 2017, aunque sean pocos, respectivamente 22 en el barrio del norte de la ciudad y 32 en el del este.

La evolución de la población por las distintas zonas de la ciudad, aunque siempre en números rojos, permite apreciar diferencias entre algunas zonas, como el Casco Antiguo o Pinilla y Cabañales, que aguantan mejor y las que siguen en caída libre, sobre todo el centro (en torno a los ejes Santa Clara-San Torcuato), que pierde 67 habitantes, el ensanche (una amplia zona en torno a Tres Cruces, Víctor Gallego y Príncipe de Asturias) que retrocede 154 y Los Bloques (el gran área entre la avenida de Requejo, Cardenal Cisneros y La Aldehuela) que se deja 173. Y es que la pérdida de población ha sido muy acusada, y tampoco parece que la bajada del precio de la vivienda sea aún un factor suficiente como para que los ciudadanos puedan repoblar el centro.

De hecho sucede lo contrario, ya que son las zonas más céntricas las que pierden más habitantes. Es el caso del área de Santa Elena-Plaza de Toros, que tiene 60 vecinos menos que el año anterior o de Las Viñas, que se queda con 46 menos. Pantoja, sin embargo, parece que aguanta mejor y solo se deja diez vecinos con respecto a los que tenía en 2016.

La Horta ha sido un barrio que ha tenido años buenos, pero que ahora está también en franca decadencia, tanto en el distrito que coge la parte más antigua del barrio, como en el de la más moderna, que llega a Puerta Nueva. En conjunto son 76 vecinos menos.

De los diferentes distritos que se pueden vincular al barrio de Los Bloques todos se dejan habitantes, excepto uno, el área que está entre los números 38 y 48 de Arapiles, los primeros de las calles Colon, Argentina, Núñez de Balboa, Churruca y parte de Cardenal Cisneros (del número 26 al 36). Lo mismo ocurre en Candelaria, que pierde vecinos en todo el barrio menos en el distrito del final de doctor Villalobos, Obispo Acuña y Candelaria, Peña de Francia y Mirador del Duero, que ha sumado media docena de habitantes más.

En la margen izquierda sólo gana población, ocho habitantes, la zona de Cabañales y el final del barrio de Pinilla. Lo mismo ocurre en San Lázaro, donde todo el barrio sufre un descenso de población excepto uno de los distritos que suma 23 vecinos, entre Avenida de la Feria y Obispo Nieto (plaza Puentica, Puebla de Sanabria, Olleros, Don Ramiro, Trastola, Valderrey o Remedios).

En San José Obrero la ganancia de población se debe a uno de sus distritos, que aporta 27 habitantes más en torno a la calle y carretera de La Hiniesta parte de la avenida de Galicia o Nuestra Señora de las Mercedes.

En el resto de la ciudad hay menos habitantes empadronados que el año anterior, de tal forma que Zamora capital está en estos momentos más cerca de los 60.000 habitantes que de los 65.000, con 62.239 según el padrón oficial, que permite también conocer la población que tiene la ciudad en sus diferentes distritos.

La conclusión parece clara: Zamora ha dejado de ser un imán para el resto de la provincia y no logra frenar ni el declive poblacional ni el progresivo despoblamiento de las zonas más céntricas.