Francisco Guarido vive las horas más convulsas como alcalde desde que en junio de 2015 accediera al despacho principal de la Casa de las Panaderas. Los votos negativos de la oposición en el último Pleno han inducido al Ayuntamiento de Zamora a un bloqueo de cuentas cuya solución se antoja complicada. Para el alcalde solo hay dos opciones: se puede aprobar el presupuesto o se puede plantear una moción de censura. En esta entrevista, el regidor explica las claves de esta encrucijada institucional, de la que culpa directamente a los dos concejales de Ciudadanos y la edil no adscrita. Su puerta, asegura, sigue abierta. Reconoce también que es porque no existe otro remedio.

-Saltó la sorpresa en el Pleno y ahora tiene su equipo de Gobierno el presupuesto bloqueado. ¿Se lo esperaba?

-No me lo esperaba porque yo había establecido comunicación tanto con Francisco José Requejo como con Cruz Lucas un mes y medio antes de cerrar el presupuesto. En ese momento, ellos mostraron su voluntad de llegar a un acuerdo en los mismos términos que lo hicimos el año pasado, o al menos así lo entendí yo. La idea era que teníamos remanentes, teníamos superávit y podíamos hacer con ese dinero lo que ellos propusieran. Y es que, a mayores, este presupuesto que ahora está bloqueado contemplaba propuestas de ellos que ya iban en el documento anterior, así que yo estaba realmente confiado de sacar las cuentas adelante. Para mí, desde luego, ha supuesto una gran sorpresa.

-Trece votos en contra, doce a favor y presupuesto bloqueado. Y lo primero que hace el alcalde es lanzar un mensaje muy duro y aparentemente poco conciliador.

-Es verdad que mi mensaje puede ser un poco duro, pero me da rabia que habiendo dicho hace mes y medio que me hicieran propuestas, lleguemos a la hora crítica y yo no tenga nada encima de la mesa. Excepto la bajada de impuestos, que no puede ser. No me han hecho ninguna propuesta y por eso me da rabia.

-¿Y ahora, qué?

-Las posibilidades pasan ahora por plantear una cuestión de confianza, porque no tengo ningún problema en someterme a ella. Y si ellos tienen alguna alternativa, que la propongan. Pero como no la va a haber, porque así lo han dicho ellos mismos, entonces volvemos a estar en una situación de bloqueo absurda y provocada por Ciudadanos y la concejala no adscrita.

-Lo que proponen estos tres concejales son modificaciones en el presupuesto.

-Podríamos estudiarlo siempre que se mantuviesen todas las propuestas que nosotros llevamos y también la parte suya, sus propuestas, que también llevamos. Y a mayores podríamos introducir alguna inversión que no se me alcanza a mí a saber cuál puede ser. ¿Qué puede ser tan urgente para que no puedan esperar a las inversiones sostenibles del año que viene?

-La bajada del IBI. Ciudadanos fue claro en eso.

-No vamos a bajar más el IBI. Y, ojo, que ya lo hemos bajado. A día de hoy lo hemos bajado en 600.000 euros y al final del mandato serán 900.000 euros. Hemos bajado el tipo del 0,57 al 0,5. Pero lo que proponen ellos es una reducción que supondría dejar de ingresar más de un millón de euros. ¿De dónde lo recortamos?

-¿Qué le dicen los informes?

-Los informes son muy claros. Vamos a afrontar la subida de sueldos del personal, todos los nuevos contratos van a ser más caros y nosotros no estamos subiendo los impuestos, sino que los hemos bajado. No hay margen.

--¿Entonces queda cerrada la puerta definitivamente a modificar el presupuesto?

-Podemos estar abiertos a modificarlo, pero a ver qué más nos proponen. Eso sí, habrá que hacer todos los informes nuevos, todo el papeleo nuevo y eso nos va a retrasar un montón. ¿Y de quién es la culpa? Pues clarísimamente la culpa de este bloqueo es de Ciudadanos y la concejala no adscrita.

-Decía su socio de gobierno, el PSOE, que la concejala no adscrita, Cruz Lucas, debería haber "respetado el mandato de sus votantes". ¿Está de acuerdo?

-Evidentemente. Para mí, Cruz Lucas cae en una enorme contradicción porque creo que quien eligió la lista del PSOE no lo hizo para que ahora ella vote el presupuesto con el PP. Y además, teníamos un compromiso de gobierno junto con José Luis Gómez que ahora se ha roto. Yo tenía buena relación con Gómez y estaba convencido de que con él nunca se hubiera dado una situación como esta. Él tenía claro que no iba a integrarse en el grupo del PSOE, pero también que no le iba a hacer la puñeta a un gobierno IU-PSOE y menos aún para que triunfara el PP. Por eso, creo que esta concejala ha generado una ruptura respecto a situaciones que se habían mantenido cuando estaba José Luis Gómez.

-¿Y Ciudadanos? ¿A qué cree que se debe la retirada de su apoyo?

-Creo que la situación que ha provocado Ciudadanos es la de intentar darnos a nosotros un puñetazo en la barriga que en realidad es en la barriga de todos los zamoranos. Y ahí han perdido ellos. Ciudadanos tiene por bandera la pequeña empresa, las pymes, el trabajo en Zamora... Pues hombre, no me bloquee usted las inversiones. Creo que deberían haber estado un poco más ágiles en proponer cosas. No me vale llegar al Pleno y decir que no habían tenido tiempo, porque le dijimos hace mes y medio que nos propusieran cosas y no lo han hecho.

-Parece que la situación está en un auténtico callejón sin salida.

-Mi puerta sigue abierta, también porque no me queda más remedio. He echado cierto rapapolvo y creo que legítimamente, porque no nos han presentado nada. Pero la puerta está abierta. No va a haber bajada de impuestos, pero pueden proponer alguna otra cosa y les pediría que lo hicieran con rapidez. Yo los voy a llamar el martes porque en el fondo alguien tiene que ser humilde y llamar a la puerta del otro. En este caso creo que deberían ser ellos, pero llamaré yo. Y les diré que en un plazo breve de tiempo me presenten alguna cosa asumible que quieran hacer.

-¿Y si no hay acuerdo?

-Lo que yo no puedo es estar dando palmaditas constantemente a estos tres concejales para decirles que me voten. Ya somos mayorcitos todos. Yo hice un ofrecimiento y no he tenido ninguna respuesta. Si lo que quieren es que les dé palmaditas todos los días pues mire, no. Se las voy a dar solo una vez más. Y si no quieren llegar a un acuerdo, que se atengan a las consecuencias de esa posible moción de censura y que se atrevan con el Partido Popular.

-¿Tiene contados los votos para esa moción de censura que usted mismo ha hecho flotar en el ambiente?

-No sé si se hará, porque tras el Pleno ya dijeron los grupos que no la iban a plantear. En cualquier caso, es probable que la concejala que no se adscribió a la lista del PSOE tampoco pueda votar una moción de censura por su condición. A eso se le suele llamar transfuguismo y hay normas al respecto. Por lo tanto, con esa vía cerrada, podríamos aprobar el presupuesto solo con doce votos. ¿Por qué esperar? No tiene ningún sentido. Estamos perdiendo tiempo que es oro en la situación en la que nos encontramos.

-Guerras aparte. ¿Llegarán a tiempo los nuevos contratos y las grandes inversiones con este evidente retraso en la aprobación del presupuesto?

-La situación se complica, pero creo sinceramente que el presupuesto va a salir adelante y se va a resolver. Ellos lo que querían era llamar la atención y ya han hecho la pequeña faena, pero creo que finalmente se va a aprobar. Nos va a retrasar todo, eso es evidente, porque sin presupuesto no se puede hacer nada ni con el pliego de basuras, ni con el de jardines, ni con nada, porque necesitamos crédito. Sin crédito, no podemos iniciar el expediente, así que vamos a ver si podemos ser todos responsables y retrasamos lo menos posible esta situación.

-Termina este 2017 marcado en lo político por la crisis de gobierno entre IU y PSOE, las fricciones con Antidio Fagúndez y el relevo de Christoph Strieder de su criticada labor en el área de Barrios.

-A alguien había que quitarle algo para dárselo a la nueva concejala del PSOE. Y recuerdo que todas las delegaciones que se hicieron fueron de competencias que estaban en manos de los concejales de Izquierda Unida y ninguna de los otros concejales que gobiernan con nosotros. En cuanto al cambio de Christoph Strieder, creo que la situación ha mejorado porque ahora existen dos personas que se encargan de los barrios, que son Laura Rivera y Miguel Ángel Viñas. Y también quiero recordar que los barrios ya se quejaban antes de que nosotros llegáramos. ¿Que quizá no hemos hecho lo suficiente? Igual no. Pero no hay que poner en déficit la labor de Christoph Strieder al frente de esta Concejalía.

-Entramos en 2018, año preelectoral, e Izquierda Unida continúa sin saber qué siglas va a presentar a los próximos comicios. En el caso de este alcalde. ¿O IU o nada?

-Yo soy un militante de Izquierda Unida que se encuentra en el sector de quienes quieren mantener el proyecto y las siglas a nivel nacional. Si no es así, veo imposible integrarnos en cualquier otra candidatura. Y no solo yo, sino el conjunto de militantes de Zamora que así lo ha votado. Sinceramente, creo que yo no soy nada especial y no quiero ser el simbolito, el único alcalde de Izquierda Unida en una capital de provincia. Nosotros somos un grupo homogéneo que tomamos las decisiones de manera conjunta, colectiva y meditada. Y estoy convencido de que si repitiéramos con las siglas de Izquierda Unida en el año 2019, no perderíamos los votos que conseguimos en las últimas elecciones.