Es indudable que si la comida se hace en casa y se opta por marisco o por un pescado lo conveniente es efectuar la compra en la fecha más cercana posible al banquete de Nochebuena, Navidad, Nochevieja o Año Nuevo en el que se va a servir. Pero aún en esos casos las compras no hay que dejarlas para última hora sino que hay que preverlas con antelación y si se opta por productos frescos con corta fecha de caducidad lo mejor es realizar previamente el encargo a su negocio de confianza.

El resto de productos, exceptuando claro está el pan, si se compran con antelación mejor será, no sólo porque a última hora no siempre se encuentra lo que se quiere, sino porque además en los últimos días los precios suelen experimentar una pequeña subida. Este año, además, al coincidir la Navidad y el Año Nuevo en lunes, el sábado lugares como el Mercado de Abastos pueden encontrarse a tope, un motivo más para adelantar las compras de todo aquello que se pueda.

Además, para no quedarse corto pero para tampoco pasarse y tener que tirar luego producto a la basura, siempre es buena una planificación previa de número aproximado de comensales e ingredientes que se van a necesitar, incluido el vino, el cava, el turrón y los dulces navideños.

En una provincia como Zamora, que está a la cabeza de España en producción de ovino, la tendencia es a incluir un lechazo entre las carnes del menú, aunque no faltan quienes, dejándose llevar por las tradiciones anglosajonas, optan por el pavo, y quienes prefieren otros productos cárnicos, pero también de primer nivel, e incluso quienes optan por una carne más “modesta” como el pollo, pero con la diferencia de que compran uno de corral.

Quienes ya han empezado a planificar una fecha tan especial como la del 24 de diciembre son los voluntarios de Protección Civil de Zamora, que además de en las casas propias, cada año tienen una cita solidaria en la cena de Nochebuena del comedor del colegio Corazón de María. Allí se celebra una cena muy especial que se organiza cada año desde hace más de un cuarto de siglo y que permite que las personas que no tienen recursos económicos o familia con quien pasar unos días tan entrañables puedan disfrutar también de un banquete de Nochebuena.

Lo harán además, por todo lo alto, con un menú digno de los mejores restaurantes y servido por camareros que, a falta de profesionalidad, derrochan altruismo y buen rollo. Los voluntarios de Protección Civil sirven esa cena solidaria en la que también colaboran una larga lista de comercios y establecimientos hosteleros de la ciudad que igualmente aportan su granito de arena para que las personas sin familia o sin recursos tengan una cálida celebración.

Todo ello bajo la coordinación y el tiempo libre donado la tarde de Nochebuena por cerca de medio centenar de voluntarios de Protección Civil y el apoyo en especie que dan cafeterías, restaurantes, panaderías, supermercados, negocios de venta de congelados, distribuidores de bebidas o centros comerciales, entre otros.