¿Cómo evitar la desesperanza? La pregunta debe llevar a cuestionarnos "¿qué es lo interesante?", lo importante en la vida, a la que "hay que ponerle pasión porque no sabemos cuánto vamos a estar", explicaba ayer en Zamora Javier Urra, el conocido psicólogo forense, que instaba a "fortalecer a los niños porque la vida les va a vencer, porque saben que van a morir o sus seres queridos pueden morir antes que ellos". E invitaba a "apasionarse con las pequeñas y magníficas cosas que hay en la vida" y a abrir el debate sobre los suicidios, sobre si los medios de comunicación deben o no publicar esas muertes.

El expero incidía en "lo importante que es transmitir" la necesidad de dar llenar nuestras vidas para hacer especial hincapié en que "para combatir la desesperanza hay que dar contenido a la vida y no pedirle más de lo que nos puede dar", agregó en las Jornadas de Otoño de la Fundación Científica Caja Rural para hablar de "Buscando evitar la desesperanza".

Esa fortaleza, ese aceptar la vida con sus frustraciones, "ser coherente", resulta esencial para evitar los suicidios. Y se mostró partidario de abrir el debate sobre si debe darse o no publiciada a los suicidios "porque, hoy en España, las jóvenes de 16 a 24 años ya no mueren más por accidentes de tráfico, ya no por cáncer o por un infarto, es por suicidio". La causa está en esa fragilidad del colectivo, "quizás estamos haciendo jóvenes que son como el crital duros por fuera, pero frágiles, que se rompen "porque me ha dejado", "porque me han criticado", "porque he aparecido en la red...". Esto es como si en la conferencia alguien dijera "este es un imbécil", es que lo doy por hecho que lo dirán y me encanta que sea así, o creo que los de "La Manada" (los cinco acusados de la violación múltiple en Pamplona) aplaudan lo que yo digo, ni quisiera". Urra afirma que se está construyendo una sociedad "muy debilucha, los chavales se nos rompen con facilidad", están sobreprotegidos, lo que tiene que ver con esa falta de frustración. Hay que fortalecerles mostrándoles la vida, "tienen que ir a ver al abuelo que tiene Alzheimer, a un hospital a ver niños enfermos, a un campamento para que sepan qué es la soledad, hablar menos y hacer más, que es lo que fortalece".

Una recomendación que se convierte en básica en una sociedad en la que "hay chavales de 20 años que ya están de vuelta de todo y esto es un problemón". Urra invitó a vivir sin perder de vista lo efímero de lo que nos rodea, de nuestra propia salud, que puede variar y cambiar nuestra vida en décimas de segundo, con una crítica a esa actitud que nos impide afrontar cuestiones que son perfecamente superables y a perder de vista que esto, la vida, "no es un parque temático".