Cientos y cientos de personas presenciaron ayer el desfile de la IX edición Festival de la Máscara Zamora que contó con la participación de más de 400 personas pertenecientes a 26 mascaradas, desplazadas desde distintos puntos de España, doce ellas de la provincia, y Portugal que se concentraron en La Marina para sorpresa de muchas personas que iban en busca de algún libro a la Feria de Libro Antiguo y de Ocasión.

Los bombos y las azadas tocadas por El Fulión y los Boteiros de Viana de Bolo anunciaban la llegada de las mascaradas mientras que alguno de los boteiros se marcaban amplias carreras.

Tras el grupo gallego, los Jurrus de Alija del Infantado pertrechados con pieles y tijeras de madera con las que interactuaban con el público, algo que también hicieron los miembros de la Vaca Bayona de Almedia de Sayago y los Caretos de Salsa, que no cesaban de moverse para hacer sonar los cencerros que portaban en la zona lumbar.

Los Cencerrones de Abejera, que sorprendieron a más de uno lanzándole un elemento en polvo, enlazaron con la Visparra de San Martín de Castañeda, con los caretos de Ousilhão, que llevaban una nevera portátil, o el Atenazador de la localidad de San Vicente de la Cabeza.

Los Carnavales de Villanueva de Valrojo aportaron color al cortejo, en tanto que las pieles que portaban Las Carantoñas de Aceuche, de Cáceres, suscitaron entre el público comentarios como "¡qué calor tienen que estar pasando!", un sofoco que combatían con las botellas de agua que a mitad de Santa Clara les entregaban desde la organización.

El Zangarrón de Montamarta, la Filandorra de Ferreras de Arriba precedieron a Los Sidros y la Comedia, que como tiene esta mascarada por costumbre, llevaban la bandera asturiana para que fuera identificados y cuyos personajes incluso llegaron a acceder en uno de los establecimientos de la céntrica calle de Santa Clara; en tanto que tres caretos de Vila Boa de Ousilhão rodearon a una muchacha y no cejaban de moverse a su alrededor para aturdirla con el sonido de los cencerros. Las esquilas también las movieron sin parar los acompañantes del Zangarrón de Sanzoles a lo largo de recorrido por el centro de la urbe.

La recta final del desfile la protagonizaron el Antruejo de Carrizo de la Ribera de León, uno de los grupos debutantes; la Visparra de Vigo de Sanabria, los Diablos de Sarracín a los que siguieron el Pajarico y el Caballico de Villarino Tras la Sierra, o Los Carochos de Riofrío que no cesaban de moverse. Los últimos en acceder a la plaza de Viriato, donde concluyó el desfile y donde un hombre indicaba características de cada una de las mascaradas que entraban para sorpresa de muchos turistas e incluso de invitados a alguna boda, fueron los integrantes de la mascarada de Jarramplas de Piornal, vecinos desde Cáceres.

El festival, que por la mañana programó una serie de talleres para niños, finalizó con un concierto a cargo de la formación "Carrión Folk".