El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, bendijo esta iniciativa en la pasada vigilia de Pentecostés. Con esta consagración parten hoy mismo a sus destinos como cooperantes internacionales los cinco zamoranos que integran la primera partida de voluntarios en una misión vinculada a la Pastoral Universitaria del Campus Viriato. Se trata del profesor y sacerdote Jesús Campos, Marta Ferrero, alumna de la Escuela de Enfermería y Lara Calvo, Laura Navarro y Sheila Jiménez, todas ellas estudiantes de Magisterio.

Estas dos últimas tienen como destino Sacaba, una localidad de Bolivia, donde trabajarán con familiares de presos, centrándose también, entre otros ámbitos, en el desarrollo de la mujer en esa comunidad.

Por su parte, el profesor Campos, junto con las otras dos estudiantes, forman el grupo que viajará -vía Frankfurt, en un largo trayecto de cerca de treinta horas entre avión y carreteras- hasta la ciudad de Lobito, en la costa de Angola.

Estas misiones son posibles gracias a la implicación de la ONG Misevi (Misioneros Seglares Vicencianos) cuyo presidente es el zamorano Israel Peralta. Él y otros miembros de la agrupación han ayudado a estos voluntarios a prepararse para el destino que les espera. "Nos hemos formado a través de su plataforma digital y de distintos cursos e incluso estancias presenciales de fin de semana", resume Jesús Campos.

El último paso ha sido contactar con una misionera que se encontraba estos días de vacaciones en España para preguntarles las últimas dudas, "desde saber qué ropa debíamos llevar hasta las actividades que íbamos a realizar allí", pone como ejemplo Lara Calvo.

Esta recién graduada en Magisterio por Primaria asegura sentirse emocionada porque siempre ha querido participar en algún proyecto de cooperación. "Se me presentó la oportunidad y no me lo pensé dos veces", asegura, al tiempo que vaticina que esta experiencia le va a cambiar la vida "para bien. Sé que voy a llorar de felicidad, aunque el último día será de pena. Me va a emocionar mucho. África era mi destino soñado y lo voy a hacer realidad", agradece.

Su formación le llevará a estar en las denominadas "escolinhas" -en Angola el idioma oficial es el portugués- con niños de tres y cuatro años. "Llevo hasta material escolar", apunta.

Por su parte, su compañera Marta Ferrero, que todavía continúa con sus estudios universitarios de Enfermería, se centrará en el campo de la salud. "Trabajaremos en tres barrios donde hay centro sanitarios y además en uno de ellos se ubica una residencia de ancianos. Yo estoy dispuesta a hacer de todo lo que sepa, a ayudar", se ofrece. De hecho, también está previsto que colabore con otras iniciativas en esa comunidad, como un proyecto con madres jóvenes o con rehabilitación de alcohólicos. "Más allá del cansancio, esta experiencia va a ser un punto y aparte para nosotros", subraya.

Todos están de acuerdo en que trata de una vivencia muy enriquecedora. "Considero que los universitarios, antes de incorporarse al mundo laboral y complicarse sus vidas, pueden tener la oportunidad de participar en proyectos de este tipo. Es un privilegio para el currículo profesional, pero sobre todo como experiencia de vida", destaca Campos.

Por otra parte, agradece que esta iniciativa ha creado un red de solidaridad, ya que son muchos los han dado donativos para comprar material para esos proyectos. "Además, tendremos durante esos días a gente aquí rezando por nosotros y allí participaremos en comunidades de fe, así que disfrutaremos también mucho con las celebraciones y la gente", añade.

Son los primeros integrantes de esta nueva iniciativa de la Pastoral Universitaria en Zamora, pero confían que sus enormes ganas de ayudar a los demás y la experiencia vivida durante mes y medio sirva de impulso para que este proyecto se consolide y en los próximos cursos aumente el número de estudiantes que se animen a invertir su tiempo libre del verano en el servicio a los demás.