Zamora se reconcilia con la escultura de José Luis Alonso Coomonte titulada "Equilibrio Horizontal", una obra tallada en bronce de grandes dimensiones que fue ventilada hace una década de la plaza de Castilla y León a consecuencia de las obras de pavimentación del entorno. El mirador de la plaza del Claudio Moyano será su próximo escenario una vez que el Ayuntamiento lleve el asunto a comisión para recabar la opinión de los grupos municipales. "Su vistosidad y visibilidad desde todos los puntos de la plaza" son los criterios que el equipo de Gobierno ha tenido en cuenta a la hora de seleccionar el emplazamiento.

La obra permanecía almacenada en el taller del artista benaventano, que se muestra "contento" por la ubicación, un escenario que él mismo sugirió al entender que "allí no estorbará para nada". Además, su simbología encaja al escenificar "el curso del Duero indicando dónde está Portugal y dónde nace el Duero, en los Picos de Urbión", cuenta el artista.

La ubicación tiene un significado especial para Coomonte, ya que "las rejas del Banco de España se inspiraron en la iglesia de San Cipriano aneja al futuro emplazamiento". No obstante, "el sitio es estupendo pero si acuerdan cualquier otro, también me parecerá bien, siempre y cuando no sea regresar a la plaza de Hacienda, porque allí perdería visibilidad y no tendría demasiada presencia", valora el artista.

Sin dejar de reconocer su satisfacción por la decisión municipal, Coomonte no pierde ocasión para recriminar a los políticos el abandono de la pieza: "Yo he tenido esta obra diez años en mi taller y por aquí han pasado muchos políticos sin que nunca hayan hecho nada, así que si ahora se hace... ¡qué más puedo pedir!", exclama.

La medida irá acompañada de una consignación económica traducida en el presupuesto municipal en 20.000 euros. La cuantía servirá para la instalación de la escultura, que se ubicará sobre una peana de más de un metro, y para hacer frente a los gastos ocasionados al escultor durante los nueve años que ha permanecido depositada en su almacén una vez que fue retirada de la plaza de Castilla y León. Tras retirar la obra del entorno de Hacienda, "la llevaron a Renfe, pero a los pocos días acabó a la puerta de mi estudio de San Marcial" en malas condiciones, lo que llevó a Coomonte a restaurarla con la ayuda de diversas grúas en alquiler debido al peso y dimensiones de la escultura. Además, el propio autor adelanta que "todavía gastaré algo más para darle una mano de cera y dejarla perfecta para la ocasión", prevé el artista, cuya larga trayectoria le ha llevado a recabar numerosos premios en reconocimiento a una carretera artística.

La presencia de la obra de arte fue durante años una de las imágenes más icónicas del pleno centro de la capital zamorana, con sus seis metros de largo por dos de alto. La pieza fue donada a la ciudad en 1974.