Más de la mitad de los zamoranos tiene más de 40 años, por lo que en un futuro van a necesitar alojamientos como el que propone una arquitecta, Larissa Arantes, en su trabajo fin de grado, que hizo como requisito para que le convalidaran su título brasileño en España. Casada con un zamorano, Larissa se interesó por los ejemplos de ciudad colaborativa, que están ya haciéndose realidad en algunos países del mundo, e incluso en España y decidió trasladarlo a su proyecto, que ha dispuesto en Zamora capital.

La idea parte de que las personas cada vez viven más años y envejecer no tiene por qué suponer un problema económico o social. El concepto de comunidad colaborativa parte de la idea de que cualquier persona puede decidir, con tiempo, cómo, con quién y dónde quiere vivir la jubilación. Y frente a la alternativa de acabar en una residencia, parece más atractivo poder compartir con amigos un espacio común donde las personas tengan su privacidad, pero también compartan servicios y estancias.

La comunidad colaborativa es una cooperativa que crea, utiliza, mantiene y gestiona el complejo residencial, diseñado y realizado para dar un servicio de atención socio sanitaria a los cooperativistas, que son los usuarios del complejo residencial. Con esta teoría, que se puede encontrar en cualquier página web que se ocupe del movimiento de las comunidades colaborativas, Larissa empezó a diseñar su trabajo arquitectónico: el proyecto para crear una de ellas en la misma ciudad de Zamora.

La Comunidad Colaborativa para Mayores en Zamora diseñada por Larissa se encuentra en orillas del río Duero, en la zona de Entrepuentes, entre la plaza de los Carros y la carretera del Puentico, con vistas desde la ribera hasta la parte histórica de la ciudad. La comunidad cuenta con 35 viviendas privadas, accesibles, de planta libre, "con zonas comunes significativas que son extensiones de las viviendas, jardines y plazas".

La arquitecta explica que "la comunidad cuenta con un centro comunitario para la realización de actividades en grupo: charlas, reuniones, cursos, talleres, gimnasio y zonas de encuentro, así como restaurante y cafetería, espacios con patios abiertos y una plaza" para el desarrollo "de actividades públicas, como mercadillos. Para complementar, la comunidad posee un centro asistencial de salud con médico y enfermera para primeros auxilios". La visual del proyecto al Casco Histórico de Zamora y al río Duero determinó la implantación del proyecto, juntamente con la incidencia solar para definir las aperturas de huecos en la fachada y el deseo de que las viviendas tuviesen patios, espacios exteriores y jardines.

Espacio sin barreras

Las viviendas poseen planta libre con el objetivo de elaborar un espacio amplio y sin barreras físicas y visuales, haciendo que a la vez sea posible tener espacios privados con las puertas correderas. El espacio de las viviendas fue pensado para que sea práctico y cómodo. El diseño incluye un armario en toda la extensión del muro de la zona social para almacenamiento y también para que funcione como aislamiento térmico y acústico para las viviendas.

El material utilizado para la estructura y elementos de la fachada es ladrillo cerámico de Zamora "como protagonista del proyecto". Las aperturas de los huecos a la fachada principal (norte) que tiene vistas al río y a la ciudad se hacen mediante celosías, creando huecos para la entrada de luz y visuales pero a la vez generando privacidad en medio de la vida en comunidad.