Las ayudas de urgente necesidad de la Diputación amortiguan la crisis de más de un centenar de familias del medio rural a través de una partida de alrededor de 200.000 euros. La prestación económica destinada a la atención de necesidades básicas de subsistencia en situaciones de urgencia social, las denominadas Preus, van destinadas a alimentación, cuidados personales esenciales, sobre todo, vestido e higiene, alojamiento temporal así como otras necesidades básicas esenciales que los CEAS de la Diputación valoren esenciales. Entre estas últimas, figuran aquellas causas que supongan un riesgo grave de exclusión social, la integridad física de las personas o su estabilidad laboral.

La prestación constituye un derecho subjetivo de obligatoria provisión y deben estar públicamente garantizadas, lo que significa que, en el caso de que se acabe el dinero destinado a estas ayudas antes de que concluya el ejercicio, la Diputación habilitará más cantidad para este fin sin que ninguna persona que la solicite y reúna los requisitos se quede sin ayuda.

La subvención tiene carácter finalista, temporal, inembargable, extraordinaria, de pago único y compatible con cualquier otro recurso, ingreso o prestación, con independencia de cuál sea su naturaleza y origen. La prestación va dirigida a atender de forma temporal la cobertura de las necesidades básicas de subsistencia, tanto por razones sobrevenidas como por falta continuada de recursos, de aquellas personas que no pueden hacer frente a gastos específicos, considerados necesarios para prevenir, evitar o paliar situaciones de exclusión social y que no puedan ser sufragados por sus medios, ni desde otros recursos sociales ni en ese momento a través de la ayuda de terceros obligados por ley. Además, en ningún caso la prestación tiene carácter indefinido al objeto de evitar situaciones de cronicidad en la recepción de la prestación y que vaya destinada a liquidar deudas contraídas con las administraciones públicas. Las situaciones de necesidades continuas deberán ser derivadas a otros recursos sociales.

La mejora de la situación económica se ha hecho patente en los últimos años con la reducción del número de solicitantes de la ayuda. Así, mientras que en 2014 hasta 161 familias recurrieron a esta prestación de la Diputación, el pasado año 59 personas menos tuvieron que optar por esta vía, es decir, 102 frente a los 120 de 2015. Por el contrario, la institución ha incrementado este montante en sus presupuestos hasta el punto de casi duplicar la cuantía con respecto a 2014, al pasar de los 130.000 euros de hace dos años a los 225.000 del presupuesto del recién culminado 2016. No obstante, al tratarse de una prestación destinada a la atención de necesidades básicas, la Diputación se compromete a ampliar la cuantía.

El importe máximo de la prestación no superará 0,5 veces el Iprem anual, aunque de forma "excepcional y motivada por informe técnico" la cuantía podrá ser superior. La ayuda se concederá, si es necesario, por más de un concepto si hay que atender a varias necesidades básicas de subsistencia.