Ana Sánchez acude hoy al comité federal del PSOE "con su convicción interna, con la voz de aquellos a los que represento", es decir con el "no" al Gobierno de Mariano Rajoy y del PP. Y "quien haga otra cosa, será responsable y asumirá las consecuencias", advertía la secretaria de Organización del partido en Castilla y León en referencia clara a quienes respalden la abstención, la mayoría de secretarios provinciales de la comunidad, entre ellos al zamorano Antonio Plaza, a quien no nombró.

-Detrás de esta crisis profunda que vive el PSOE se dice que existe una crisis ideológica, pero muchos interpretan que obedece a una lucha de poderes entre el que los partidarios de Pedro Sánchez y la gestora, los barones que tienen el partido en sus manos.

-Dejar gobernar a la derecha más corrupta en la historia de la democracia en nuestro país es una decisión absolutamente ideológica, trascendental para el devenir del PSOE, la más importante después del abandono del marxismo en Suresnes. Si alguno lo interpreta como una lucha de poder, ahí tienen mi cargo, pero no me voy a callar, mi voz no es mía, es de los militantes y votantes socialistas.

-El propio secretario provincial, Antonio Plaza, cuestionaba esa voz de la militancia que volvió a decir "no" en la asamblea de Zamora, al menos, con el argumento de que fueron pocos...

-La situación del PSOE no es flor de un día, viene de muy atrás. Estamos obligados a dar argumentos políticos y a escuchar. Me molesta ver cómo se cuentan militantes, si nos centramos en contarlos, acabaremos perdiéndolos, quiero escucharlos, y a la sociedad de izquierdas que nos mira expectante, llevar su voz al comité federal. No me gusta nada ver cómo les dimos voz y de un día para otro decidimos que sean espectadores.

-El PSOE ha ido mermando su militancia casi a la tercera parte de la que se conoció en los años 80, ¿por qué se han desconectado de una sociedad maltratada por la crisis?

-No podemos taparnos los ojos ante una sociedad cambiante y que demanda transparencia, fórmulas de participación democrática, no podemos aplicar recetas del pasado como pretenden los antiguos dirigentes del PSOE, no sirven para el futuro, aquí hay una brecha generacional. Creo en las primarias, en la consulta, en la limitación de mandatos, no puede ser que traslademos a la sociedad unas cuestiones que después no aplicamos en el partido. Me disgusta que a quienes defendemos el no dejar gobernar a la derecha se nos tache de radicales: somos coherentes con los ciudadanos a quienes pedimos el voto. Yo quiero ser de izquierdas, es lo que soy, soy socialista y un socialista se rebela ante la injusticia. Quiero poder mirar a los ojos de la gente.

-Parece que, de repente, les ha dado un ataque de izquierdismo. Hasta que Podemos irrumpe en el panorama político, el PSOE era una casi de centro derecha...

-No es verdad, nuestras convicciones son las mismas desde hace 137 años y por fidelidad a ese recorrido muchos dirigentes defenderemos esta postura hasta el final. La irrupción de nuevas fuerzas de izquierdas ha supuesto un maremoto interno, que hemos tenido que ir digiriendo. No comparto nada con Podemos, no sé si son de izquierdas siquiera...

-...Si cree eso, ¿cómo llegarían a un gobierno alternativo?

-Creo en el consenso y en el diálogo, nos tendremos que sentar a hablar con otras fuerzas de izquierda, también con la derecha, pero no con esta corrupta de Fernando Martínez Maíllo, de un Rajoy que le manda un mensaje a Bárcenas, no podemos darle el Gobierno a quien exigíamos dimitir.

-No hay perspectivas de que otros líderes sustituyan a Rajoy, ni de que los de nueva proyección, como Maíllo, se vayan a ir.

-El PP no ha hecho nada para facilitar la gobernabilidad del país. Su líder ha estado fumándose un puro durante todo este tiempo.

-Y la izquierda pegándose, incluso dentro de sus propias filas, tanto el PSOE como Podemos. Al PP le viene muy bien.

-Perdóneme que matice, la izquierda debatiendo. En el PSOE hay dos posturas muy claras y definidas: no y abstención. Sí, hay que sentarse a hablar con todas las fuerzas políticas del arco parlamentario, pero con esta derecha, la más corrupta de la democracia.

-¿La revisión ideológica se debate entre un PSOE de derechas y uno de izquierdas?

-Me niego a calificar a los socialistas con un "socialistómetro". Estos días se habla del voto de los diputados, si yo lo fuera tendría un problema de conciencia porque no hay nada que apele más a mi conciencia que dejar gobernar o no a esta derecha. A partir de ahí los órganos del partido están para respetarlos y la decisión que tome el comité federal debe respetarse se comparta o no, como siempre. Pero hay una brecha entre las bases y sus dirigentes.

-¿Están abocados a la excisión?

-La solución es escuchar a los militantes que son quienes nos conectan a diario con la sociedad que representamos. El debate no es la excisión, sino el mandato representativo, tendremos que construir un partido donde su voz cuente. Ahora es posible y es legítimo que las asambleas socialistas voten "no" en las provincias, como ha ocurrido, y sus dirigentes voten mayoritariamente abstención. Pero no es justo. Trataré de cambiarlo con los mecanismos que tengo: un congreso federal.

-Si acatan, ¿cómo explicarán a las bases, que han vuelto a movilizar para recoger firmas por el "no", que vencen los barones?

-Deben explicarlo quienes no respeten la voz de la militancia en sus territorios. Ana Sánchez volverá a Zamora y explicará que votó "no" porque quiero estoy con la gente y que la escucho.

-¿No es ingenuo pensar que quienes han demostrado controlar el partido, imponer una gestora, permitirán ese debate?

-En este momento tenemos una brecha muy grande entre la opinión de las bases y algunos dirigentes del partido. Pero algunos dirigentes somos coherentes, tenemos palabra, la que dimos a militantes y a los votantes, y las vamos a cumplir, no están solos, daremos la cara para que su opinión cuente.

-¿Aunque les cueste el cómodo puesto que ocupan?

-No le quepa la menor duda. Lo más cómodo sería plegarse, pero hay que levantar la voz, estamos obligados. He ido por toda la comunidad autónoma y la militancia respalda el posicionamiento de Luis Tudanca y nosotros estaremos con la militancia e iremos al comité pensando en la gente.

-Esta crisis demuestra que el Tudanca que venía a "coser" el PSOE de Castilla y León, esa palabra que Susana Díaz usa ahora, no lo ha logrado, se vio en el comité que derrocó a Sánchez.

-Obvia que hay brecha entre bases y algunos dirigentes provinciales, Tudanca está al lado de la gente, punto.

-¿Está Pedro Sánchez rearmándose para volver fuerte a la contienda interna del PSOE?

-Debe responderlo él. Lo que escucho en las casas del pueblo del PSOE es que no han entendido la maniobra que se produjo para derrocarle en base a la falacia de que iba a pactar con independentistas, que podría haberlo hecho, sería presidente, no habría habido segundas elecciones.

-¿Ha sido una falta de respeto este mutis por el foro que ha hecho tras el uno de octubre?

-En absoluto, solo faltaría. En este momento tan difícil para el PSOE es el único líder con la credibilidad intacta para los españoles. Los votantes que me paran por la calle esperan a ver qué tiene que decir Sánchez.

-¿Era inevitable este resquebrajamiento del partido para lograr once abstenciones, las que necesita Rajoy, no podrían haber roto la disciplina discretamente?

-Deben decirlo quienes protagonizaron esta ruptura y esta crisis. El hecho objetivo es que hubo un posicionamiento, por unanimidad de los votos, con el "no" a Rajoy en un comité federal. Los que ahora defienden la abstención también votaron "no", si en ese momento pensaban que la abstención era mejor, no fueron honestos.

-Argumentan que unas elecciones en diciembre supondrían una sangría de votos. Si el electorado se les ha ido por la izquierda, ¿podrán recuperarlo al facilitar el gobierno al PP?

-Este argumento del tacticismo electoral, cuando hablamos de una cuestión ideológica que afecta al estado emocional de mucha gente de izquierdas , no me sirve. No tenemos una bola para saber qué va a pasar en unas terceras elecciones. Un socialista no le tiene miedo a la democracia y prefiero menos diputados a perder la credibilidad porque no seríamos nadie.

-¿Felipe González le ha defraudado?

-Protagonizó todos los avances en este país, admiro su legado incuestionable, es una referencia histórica, pero no comparto su planteamiento ni su pensamiento. Las fórmulas de los años 80 no sirven para la sociedad de 2016, más exigente, que pide participación.