María Teresa (Mayte) Barrueso Herrero ha obtenido el premio extraordinario de Formación Profesional de Castilla y León en la especialidad de Hostelería y Turismo. Lo curioso del caso es que lo ha hecho cuando está a punto de cumplir los 43 años, tras volver al pupitre el busca de un reciclaje profesional una vez que el estallido de la burbuja inmobiliaria le dejó fuera de juego en el mercado laboral de la construcción.

El premio extraordinario supone una "satisfacción", ya que en Castilla y León no conlleva cantidad económica alguna, solo un diploma.

Mayte Barrueso estudió en su día Graduado Social, carrera que terminó en el año 1995. "Estuve empleada en asesorías y terminé trabajando en constructoras, en las oficinas como administrativo". Pero claro, "la construcción se fue donde se fue y me quedé sin trabajo. Y en Zamora yo solamente sabía trabajar en esto, no tenía otra salida profesional. Por mi edad y por mi situación personal, tengo un hijo, a mi marido, una casa, no me podía mover de aquí y empezar en otro sitio". La necesidad de reciclarse era, por tanto, imperiosa, aunque "con 40 años, la verdad es que no me apetecía meterme otra vez en la universidad. Me enteré de que impartían estos estudios, era una FP de grado superior y siempre me había gustado el turismo". Y se matriculó: "Lo hice más que nada por el tema de encontrar un trabajo. Yo sabía que aquí tenía la opción de prácticas. Y para poder elegir las prácticas donde yo quería tenía que echarle horas al estudio y sacar un expediente importante porque no quería que nadie me quitara el puesto. Mi lema es que si había un puesto de trabajo a la salida de todo esto tenía que ser para mi. Hice las prácticas en el Parador de Zamora, estuve trabajando en verano en el mismo sitio y luego cuando terminó la campaña de verano, que ya no había contratación en el Parador me llamaron para el Hotel Convento I de Coreses y estoy allí desde octubre".

Cambiar el chip con una edad tan avanzada, confiesa Mayte, "es muy difícil y plantearte entrar en un instituto con el doble de años que tienen el 90% de tus compañeros. Van a creer que eres la profesora". El apoyo de la familia a la hora de dar el paso, explica, fue fundamental. "Es difícil, hay que armarse de valor y si no hubiera sido por mi familia no lo podría haber hecho. Hablé con mi marido porque necesitaba apoyo, ya que en casa iba a hacer lo mínimo, y también económicamente, porque sabía que si me metía a estudiar iba a estar dos años sin poder trabajar. Yo tenía que estar a lo que tenía que estar. Y si quería sacarlo para conseguir un trabajo en hostelería y turismo tenía que hacerlo bien, no me valía con ser del montón, tenía que ser un número 1". Para compaginar los estudios con la familia "he tenido que echar mano de todo el mundo, mi padre, mi madre para que se quedara con mi hijo, porque si no era imposible. Mis compañeros de clase no tenían esas responsabilidades, y llegaban a casa y tenían todo hecho. Yo tengo que ir a la compra, atender a un niño de primaria y las cosas son como son. Por eso es tan complicado. Cuando te lo estás planteando dices, "pero dónde voy yo", y muchos días lo pensabas, "¿quién me manda a mí meterme en clase otra vez? En un pupitre. No sabemos lo duro que es el pupitre hasta que no volvemos a estar sentados en él otras cinco o seis horas por las mañanas. Eso hay que pasarlo. Pero bueno me alegro de haber tomado la decisión".

Pese a la diferencia de edad, la relación con los compañeros fue "excelente. Me invitaban de fiesta, pero yo no pintaba nada allí, claro".

Barrueso reivindica estudios que existen en Zamora y son poco conocidos, como este que hizo ella que se llama Gestión de alojamientos turísticos. "El curriculum te prepara para trabajar en hostelería desde subdirector para abajo en cualquiera de los puestos de un hotel, para trabajar como gestor del departamento de pisos, de gobernante para abajo, para comercialización de eventos, tenemos módulos de protocolo, de márketing, de dirección de empresas, de gestión de pisos, es una variedad enorme de materias que te permiten trabajar en un campo amplísimo, un abanico de salidas profesionales enorme". De hecho, "me da rabia, que este ciclo no se conozca porque estoy segura de que muchos chavales que tienen ganas de trabajar les gustaría este tema, porque la verdad es que es muy bonito, el turismo es muy interesante. Y el trabajo es muy positivo y agradecido, porque trabajas con gente que viene a pasárselo bien, con ganas de disfrutar".

Y aparte del mundo de los hoteles "en Zamora por ejemplo tienes muchas salidas profesionales en residencias, en hospitales o clínicas, porque puedes trabajar tanto en la recepción, como en la comercialización o la gestión de una residencia".

Además, Mayte está convencida de que "el turismo es de lo poquito que le queda a Zamora. O te sacas unas oposiciones o te tienes que ir de aquí". Ella es de las que luchan por quedarse.