Las fotografías no solo se hacen al pulsar los móviles, tienen una técnica detrás y su origen es muy antiguo. Con estas premisas y el deseo de dar a conocer la cámara estenopeica, basada en el ancestral mecanismo de la cámara oscura que ya conocían en el año 500 a.C., desde la Photo Escuela han planteado este fin de semana una serie de talleres gratuitos para celebrar con los zamoranos el Día Mundial de la Fotografía Estenopeica, que hoy se conmemora.

"Desde hace tres años trabajo para recuperar la fotografía química. He profundizado en la calitipia, un proceso fotográfico antiguo, lo ha investigado y desde entonces me han interesado esas técnicas ahora más desconocidas", explica el promotor de la iniciativa, el fotógrafo José Antonio Pascual, quien con anterioridad había desarrollado talleres para dar a conocer este antiguo sistema en el Museo Etnográfico. Sin embargo en esta ocasión "pretendemos que la población en general, tanto niños como adultos, conozcan cómo se hacía la fotografía en su inicio, sin lente con un mero cajón y ¡qué mejor manera que salir a la calle!", concreta Pascual.

Una caseta de obra, situada en la plaza de Viriato, que llama la atención de turistas y de viandantes, hace las veces de pequeño laboratorio y de punto de reunión. Se mueven de un lado a otro de la plaza de Viriato en busca de un lugar para hacer su fotografía con unos pequeños botes que sitúan en el suelo. "Ahora, ¡cuenta!", le dice una niña a otra. Se trata de un grupo de quince menores con edades comprendidas entre los 5 y los 15 años, los alumnos que ayer pasaron por el primer taller de fotografía estenopeica.

Y es que tras una media hora en la que el profesor les explicó en qué consistía este tipo de fotografía y las cámaras confeccionadas con botes de café que presentan un pequeño orificio por el que entra la luz para hacer la instantánea, todos juntos hicieron varias imágenes "para que vieran cómo tenían que hacerlo". Luego cada uno se enfrentó al reto de realizar su propia fotografía que posteriormente revelaron en el laboratorio totalmente estanco a la luz y con fotografías rojas en su interior para poder trabajar.

"Pensaba que íbamos a hacer fotos normales, pero cuando hemos comenzado con la actividad me ha sorprendido, pues cuando metes el papel en el bote está en blanco y luego ya con los líquidos consigues ver la imagen que has hecho", describe Verónica Carretero Cerviño, de 12 años. Esta muchacha conoció la actividad a través de Internet. "Tras pedirle permiso a mi madre me apunté porque me parecía una buena idea para una mañana que no tengo clase", comenta mientras que espera su turno para revelar la imagen que ha tomado a la escultura de Viriato que hiciera el artista Eduardo Barrón. Su compañera Raquel Castro, 11 años, detalla que "lo más difícil de hacer una imagen de esta manera es que no se te mueva el objeto que fotografíes". "Para mí lo más complicado es saber cuánto tiempo tiene que estar destapado el agujero que tiene el bote", agrega Alejandro Carretero, de 8 años.

"Esta técnica me parece bastante curiosa y es una buena idea para un taller para niños y para adultos", señala Ana Gago.

Esta tarde quienes estén interesados en aprender esta técnica todavía pueden asistir a los talleres previstos de las 17.00 a las 20.30 horas. Los entresijos del origen de la fotografía.