Las labores de mantenimiento del bosque de Valorio continúan creando polémica. Una vez aclarado por parte del Ayuntamiento de Zamora que la tala de árboles se debía a una labor preventiva debido al riesgo de caída o por enfermedad, numerosos vecinos han mostrado su malestar al constatar que los árboles cortados han sido trasladados al Centro de Tratamiento de Residuos de Zamora sin ofrecer la oportunidad de reutilizarlos como leña. Un procedimiento "que es el habitual", según afirma el concejal de Medio Ambiente, pero que ha cogido con mal pie a los interesados en utilizar la madera para calentar sus viviendas.

La publicación de diversas informaciones sobre la tala de árboles en el bosque de Valorio llevó a numerosos vecinos a desplazarse hasta el lugar para comprobar si podían llevarse los troncos cortados para utilizarlos como leña. No obstante, al llegar allí, como han hecho saber a este periódico, pudieron observar que los árboles habían sido trasladados directamente al Centro de Tratamiento de Residuos de Zamora, lo que provocó el malestar entre los interesados. El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zamora, Romualdo Fernández, asegura que se trata de los pasos a seguir en este tipo de situaciones. "El procedimiento habitual siempre es llevar los árboles cortados al Centro de Tratamiento de Residuos", analiza. "No obstante, cuando los vecinos piden leña, se les da. Solo hay dos requisitos: uno es aportar documentación como el DNI y el otro es recoger la leña con sus propios medios. Esto quiere decir que, en lugares a donde los coches no pueden acceder, como es el caso, cada uno tiene que buscar la manera de llevar los troncos hasta el medio de transporte que utilice", zanja Fernández.

La leña que se ha llevado hasta el vertedero de Zamora, según apuntan algunos de los vecinos que se han puesto en contacto con este periódico, puede alcanzar las quince toneladas. Hay que recordar que las labores preventivas llevadas a cabo por el Servicio de Jardinería del Ayuntamiento de Zamora incluyen la tala de más de una veintena de árboles por enfermedad o riesgo de caerse. Concretamente, quince pinos, cinco chopos y dos álamos.