La lluvia fue un invitado no deseados a la procesión de san Antón. Minutos antes del inicio del desfile, que habitualmente parte de San Vicente y recorre las calles de la Lana para concluir en la iglesia de San Antolín, las gotas hicieron acto de presencia. No obstante, muchos fueron los zamoranos que ayer desafiaron el frío y las precipitaciones y aguardaron la llegada de la comitiva con el santo.

Entre los que esperaban se encontraba Natalia Martín, de siete años, que acudía con su mascota, un conejo al que ha bautizado con el nombre de Pitufo. "Es el primer año que lo traigo, me hace mucha ilusión porque he tenido peces antes y no vine con ellos", confiesa la niña que atestigua que "como hacía mucho frío me ha tocado convencer a mi madre para venir".

Si otros años hubo corderos, cerditos e incluso caballos o burros, en la plaza de San Antolín ayer dominaron los perros. Los había de todos los tamaños y razas. Bulldog, cocker, bichón maltés o pastor alemán supusieron algunos de los ejemplares llevados por sus dueños para recibir el agua bendita. Es el caso de Huma, una bretona de dos meses que se movía alrededor de su dueña, Marta Alonso quien acudió también con otro cachorro, Luc. "Vengo desde hace más de una década porque es una tradición que debemos de conservar", decía mientras que sonaba el tamboril y la gaita tocados por Pacote, el tamborilero de Ferreras de Arriba, y por Luis Antonio Pedraza que amenizaban la espera del santo.

La imagen de san Antonio Abad llegó a buen paso delante del pórtico de San Antolín. "Tenemos que acortar la procesión y si luego podemos, recorremos las calles" de la Lana, indicó el sacerdote Narciso Jesús Lorenzo, quien aludió a que los animales "son criaturas de Dios que comparten la vida con los hombres y todas sus actividades. Nos ayudan en el trabajo, nos sirven de alimento y algunos, nos hacen compañía". Tras la lectura de unos versículos del Génesis, comenzó a bendecir a los animales e incluso a muñecos que los pequeños levantaban.

A continuación, Adrián Alejo Sánchez, de Palacios del Pan y asiduo para honrar a San Antón, en su relación pidió a las autoridades que "miren más por los pueblos y por Zamora porque se está apagando" y aludió a que "la ganadería va fallando y si el labrador no se apoya, el campo se irá marchando. Queremos los campesinos que vayan más los cochinos y el cereal", dijo, para posteriormente dirigir unas palabras Manuel Prieto quien demandó "respeto y justicia" para concluir con un ¡Viva san Antón!, respaldado por los presentes.

Con la subasta de las roscas y de distintos lotes de alimentos concluyó el acto en San Antolín, aunque los hermanos de la Cofradía cerraron la festividad con una cena de hermandad tras comenzado el día con una eucaristía con presencia de autoridades políticas.