"A nivel profesional, ha sido uno de los mayores retos de nuestra carrera, donde hemos vertido mayor fuerza audiovisual y creatividad". Así resumen el trabajo realizado en el montaje de la exposición "Julio Verne. Los límites de la imaginación" las zamoranas Cynthia González e Inés Vila, quienes vuelven a colaborar con Espacio Fundación Telefónica de Madrid en esta nueva muestra, tras el éxito de "Nikola Tesla. Suyo es el futuro".

Ha sido un año de trabajo, bajo la batuta de los comisarios Miguel Ángel Delgado y María Santoyo. "Todos conformábamos un grupo en el que aportábamos ideas. Nuestro cometido era generar piezas audiovisuales para contar determinados contenidos que con otros materiales no se pueden contar. Y se usa este medio para transmitir al espectador", resume Cynthia González.

Precisamente el espectador ha sido un personaje muy presente durante la creación del proyecto. "Al principio daba un poco de miedo, pero la respuesta está siendo muy positiva. Aunque Verne es un personaje universal, los visitantes, sepan más o menos cosas sobre él, disfrutarán de la exposición", asegura Inés Vila. Y es que se trata de una muestra que tiene lecturas a diferentes niveles. "El reto ha sido conseguir una exposición para todos los públicos", añade su compañera, con la que trabaja en Wotstudio, ubicado en Madrid.

Tanto como la imagen, que comienza en el gabinete del escritor para de allí descubrir todas las derivaciones de su particular universo, las creadoras también han cuidado la que se ha convertido en la banda sonora de la exposición. Para ello se han apoyado en otros dos zamoranos, los músicos Alejandro González y Jesús Santiso, junto con el pianista leonés Anibal Vega.

La conexión de imagen y música se aprecia sobre todo en el montaje que simula "el único de los viajes descrito en las obras de Verne que no se ha cumplido", describen. Se trata del viaje al centro de la Tierra, que convertido "en el corazón de la exposición" se materializa en un hexágono que envuelve al visitante entre los vídeos y la propia música. "Durante un año realizamos un trabajo conjunto, con bocetos e imágenes que nos inspiraban y nos sugerían diferentes sintonías", recuerda el músico Alejandro González. De este proceso de retroalimentación se elaboraron unas piezas "que mezclan lo experimental con lo lírico para darle un sentido a todo el bloque". En un fin de semana, "encerrados en una casa", se dio cuerpo a esta colaboración "que atrae y acompaña a la exposición", asegura.

El grupo creativo no es lo único zamorano que se puede encontrar en esta exhibición. Alrededor de la figura del autor también orbita, por ejemplo, la de Miguel Ramos Carrión, quien aparece en la exposición "porque en las escenografías para sus zarzuelas bebe mucho de Verne", descubre González. Por otra parte, al ser una muestra que recoge mucho material de coleccionista, un zamorano, Javier Román, es el dueño de la primera edición de las novelas de Verne en España, cedidas para este proyecto.

Las diseñadoras zamoranas valoran al escritor francés, sobre todo por su imaginación. "Es increíble cómo una persona que apenas viajó y que no salía de su estudio pudo crear tantos mundos", señala González. "E incluso adelantarse a su tiempo, ya que muchas de sus historias se han hecho realidad con el paso de los años", añade Vila.

Inaugurada el pasado 6 de noviembre en Madrid, ya ha superado en visitantes a la anterior muestra sobre Tesla, aunque todavía se podrá visitar hasta el próximo 21 de febrero. Después, la exposición viajará a otras ciudades e incluso cruzará el Atlántico hacia América Latina. "Ahora la fundación apuesta por las producciones propias", valora Vila. Una nueva trayectoria de la fundación en la que estas zamoranas parecen ir de la mano.