Con rostro serio, pensativo y un caminar pausado. Así se pudo ver por primera vez a Alberto Chicote en el inicio de la grabación de su programa "Pesadilla en el cocina", cuyo capítulo con un restaurante zamorano comenzó a rodarse ayer junto a la Plaza Mayor. Como era de esperar, numerosos curiosos se agolparon, primero en la subida de la cuesta de Balborraz, más tarde frente al mesón que protagonizará uno de los capítulos del programa la próxima temporada, para ver si podían hacer una foto o conseguir un autógrafo o saludo del reconocido y mediático chef.

La mayoría tuvo que conformarse con una imagen lejana con el móvil, puesto que Chicote ni saludó ni sonrió a los espectadores, totalmente metido en su papel de "salvador" de negocios hosteleros. Precisamente la opción del establecimiento zamorano fue una elección de la propia productora, después de ver las críticas que se vertían sobre él en un portal de opiniones en Internet, según relataron algunos de los múltiples trabajadores que han pasado por esta cocina.

Solo media hora antes, los más "afortunados" consiguieron hacerse una fotografía con él, todo simpatía, antes de comenzar el rodaje. El chef llegó en coche a la Plaza Mayor, pero continuó hasta aparcar en la calle Costanilla. Mientras se preparaba, atendió a varios admiradores. Después el vehículo le llevó hasta el final de la calle Balborraz para obtener unas imágenes subiendo la famosa cuesta zamorana, una de las estampas más conocidas y fotografiadas de la capital. Sin nada que envidiar a Gordon Ramsay, el chef que hace la versión americana del famoso programa, "Kitchen Nightmares", Chicote demostró profesionalidad y solemnidad en su periplo por la Plaza Mayor hasta el restaurante, donde aguardó unos minutos, entre los saludos de la gente a sus espaldas, antes de entrar y enfrentarse con la primera impresión del negocio zamorano, antes de ponerse una de sus famosas chaquetillas diseñadas por Ágata Ruiz de la Prada, para poner orden en la cocina.

Zamora estaba en la lista de ciudades para grabar el programa desde hacía tiempo, pero la llegada de Chicote y su equipo se había demorado en ocasiones anteriores para grabar en este restaurante que fue abierto en 1991, con una dueña que ha mantenido desde entonces la misma estética que le dio hace casi 25 años.

La expectación, lejos de disminuir, fue en aumento según avanzó el día. Ya por la tarde, más allá de los 20.00 horas, eran cientos los zamoranos que, haciendo caso omiso del intenso frío, esperaban pacientes en la acera, junto a la iglesia de San Juan, para ver de cerca al admirado cocinero. Pudieron ver primero a los comensales que estaban dentro del restaurante cenando mientras se grababa parte del programa y después al chef, que se comprometió a hacerse fotos con todos los presentes a cambio de un poco de silencio durante la grabación en exteriores. Promesa que cumplió con una sonrisa.

El rodaje se prolongará, al menos, durante toda la semana. Después, el establecimiento volverá a abrir de nuevo sus puertas al público para que los clientes puedan descubrir, y valorar, los cambios instaurados por el chef. Los telespectadores tendrán que esperar todavía unos meses más, ya que "Pesadilla en la cocina" volverá a las pantallas a mediados del año con su nueva temporada.