El antiguo laboratorio del Castillo se ha convertido en un taller. Los botes y las pinturas comparten espacio con las cabezas y los bustos que procesionan en Corpus o La Concha. Y es que Angie Carolina Santibáñez y Estela María Carballés Aispuro están poniendo a punto a los gigantes y las gigantillas de la Asociación Cultural Tradición y Música Popular.

Las jóvenes, que cursan el ciclo formativo de Escultura, están realizando sus prácticas y proyecto fin de estudios restaurando estas figuras, gracias a la colaboración existente entre el colectivo gigantero y el centro educativo. "El año pasado nos restauraron una de las piezas pequeñas y ahora El Turco requería una actuación, pues se nos cayó en una salida", atestigua el vicepresidente de Tradimupo, Marco Antonio Barrero, que remarca: "Somos un colectivo modesto que de otra manera no hubiera podido afrontar la mejora de las piezas".

Se trata de figuras "muy conocidas en la ciudad y es una verdadera responsabilidad trabajar en ellas", subraya Estela María Carballés que como su compañera se afana en mejorar a uno de los gigantes. Las piezas presentaban un estado inicial "deplorable", con múltiples daños por golpes, luz y suciedad. "Los movimientos de las manos han dañado los torsos que también los hemos restaurado", explica Angie Santibáñez.

Las jóvenes han empleado en la mejora de los gigantes materiales como fibra de vidrio, resina de poliéster o algo de masilla para rellenar los agujeros que tenían. Tras eliminar las imperfecciones y lijar han tenido que pintar, con sus sombras y matices, tanto las cabezas como las manos de los elementos de gran altura.

Las jóvenes también han intervenido en las gigantillas, realizadas en papel con cola y una capa de escayola. En ellas las expertas han reparado las carencias de escayola, posteriormente las han lijado para otorgarles su forma y su color.

La restauración ha contado con sus complicaciones. Una de ellas ha residido en dotar de su color a las cabezas, para lo que han contado con el asesoramiento de la pintora Carmen Mayor. Además, cada joven, que ha hecho cuatro gigantillas y dos gigantes, ha contado con su figura complicada. En el caso de Angie Santibáñez ha sido una gigantilla que estaba "destrozada" mientras que para Estela Carballés, El Abuelo que presentaba un gran agujero bajo el sombrero.

El Turco y La Negra ya lucen sus mejores rostros, tras horas de trabajo, a la espera de que las manos expertas concluyan a las gigantillas, al Abuelo y al Ramón. Los zamoranos juzgarán las mejoras en las próximas salidas.