La vida se les consumió...se borraron del mapa, pero no de la memoria. La peste, la emigración, las epidemias, su lejanía a otros núcleos de población, las inundaciones de los embalses o el fin de la actividad empresarial minera o hidroeléctrica por la que se crearon han hecho desaparecer en los tres últimos siglos a casi medio centenar de poblados de la provincia.

El libro "Pueblos fantasma de Zamora" recupera la memoria de estas localidades y las devuelve a la vida tras largos recorridos "en busca de un trozo de historia para intentar recomponer el puzzle de los pueblos abandonados". explica Jairo Prieto, autor de la publicación. Los supervivientes han sido la mejor fuente para escribir su libro, "hombres y mujeres de avanzada edad y últimos guardianes de sus secretos".

El trabajo nace a modo de guía práctica, "no es el típico libro para sentarse en el sofá de casa y, una vez leído, dejarlo olvidado en la estantería de la pared", explica el autor. Prieto Fernández aspira a que el lector "descubra esos otros pueblos olvidados de nuestra provincia, pero que aún guardan muchos secretos y que están ahí esperando a que alguien los redescubra" con el ánimo de que dejen de ser invisibles.

"Pueblos fantasma de Zamora" está patrocinado por la Diputación Provincial y editado por Semuret, que ha lanzado medio millar de ejemplares que suman el trigésimoquinto libro de la colección "Biblioteca de Cultura Tradicional Zamorana". El proyecto fue presentado ayer en la institución provincial por el propio autor y por el diputado de Educación, Cultura, Emigración y Deportes, José Luis Bermúdez, que conoció en su día algunos de los poblados recogidos en el libro e incluso recuerda a algunos de sus habitantes, como "Ángel Esparra y su puntera de plata". Por su parte, Luis González avistó una segunda publicación para recoger hasta una veintena de localidades más al borde de la desaparición.

Entre el listado de 43 pueblos que recoge la publicación, el propio autor pone el acento en uno: el poblado minero de Almaraz. "Un paisaje espectacular, sus pilas, sus cuevas, su cercanía... lo tiene todo para que todo zamorano se acerque a conocerlo", recomienda el autor. No obstante, "el oír del silencio o la ausencia de ruido es impresionante en cualquiera de estos pueblos", añade González.