Los recolectores particulares podrán vender un máximo de veinte kilos de setas semanales a los restaurantes o tiendas del entorno de las localidades donde se haya producido la recogida sin que estén cometiendo ninguna irregularidad. La normativa que sacó hace un año la Junta de Castilla y León ampara estas prácticas para que los pequeños productores puedan surtir de algunos tipos de productos, como pueden ser setas, huevos o miel a comercios y restaurantes del entorno. Se trata, como ha dicho en Zamora el director general de Salud Pública, Agustín Álvarez Nogal de reconocer lo que "se venía haciendo ya en la práctica".

El alto cargo autonómico ha mantenido una reunión con restauradores de toda la provincia para recordar que deben consignar los datos del proveedor de las setas, aunque en caso de que haya algún problema son los propios restaurantes los responsables. Álvarez Nogal señaló, no obstante, que en los últimos años nunca ha habido un solo caso de intoxicación por setas en un restaurante, y los que se han producido han sido siempre consumidores particulares. El director general reconoció que aún no se ha creado el registro de pequeños productores previsto en la normativa.

Los restauradores, como señaló el secretario de Azehos (Asociación de Empresarios de Hostelería), Alfonso Gómez, están conformes con la normativa, aunque ven que quizá veinte kilos a la semana es una cantidad un poco escasa. No obstante señaló que los restaurantes suelen comprar siempre las setas a recolectores que conocen e incluso ofrecer variedades que los cocineros conocen lo que aminora en gran medida la posibilidad de que se produzca algún problema.