Dos meses que se han pasado como un suspiro, sesenta días de un verano especial. Para ellos, pero seguramente mucho más para sus familias de acogida. Si se repite es por algo y de eso saben mucho los hogares zamoranos que durante este tiempo han participado en una de las iniciativas solidarias con más solera en la provincia. Vacaciones en Paz es la campaña que cada año pone en marcha la ONG Zamora con el Sáhara y en la que se vuelcan muchos ciudadanos, que apuestan por un verano diferente.

Precisamente otra vez la solidaridad de los zamoranos ha logrado que este año, aunque fuera casi contrarreloj -ya que las familias de acogida participantes no eran suficientes en un primer momento-, el grupo de 42 niños llegados del Sáhara pudiera cambiar la arena del desierto por el agua de las piscinas, las jaimas por casas que cuentan con unas comodidades que siempre asombran a los niños cuando tienen su primera experiencia en la península.

Mil experiencias

Aquí acumulan mil y una aventuras que contarán a sus padres nada más llegar a su tierra. Desde aprender a montar en bicicleta o patinar, hasta descubrir animales de los que apenas habían oído hablar o disfrutar de un baño bajo un sol que para ello no calienta tanto. Estos primeros lo harán, si se cumplen los horarios, ya de madrugada, tras horas de autobús, avión y camión. Pero eso no les hará perder la sonrisa a pesar del cansancio acumulado por los kilómetros, gracias al vívido recuerdo de este verano especial. Sus compañeros de los dos siguientes turnos, quienes llegaron más tarde a la capital, harán el mismo camino en los próximos días.

Como en su llegada, y quizá ahora con más razón, el alcalde de la ciudad, Francisco Guarido, quiso volver a recibirlos y les deseó que los recuerdos que han atesorado en este tiempo "les ayude a aguantar las duras circunstancias que tienen en su país". Al mismo tiempo, Guarido les reemplazó a regresar a Zamora en 2016. "Seréis igual de bien recibidos", les aseguró, aprovechando también para agradecer tanto a Zamora con el Sáhara como a los padres de acogida "la gran labor social, tan importante y digna", que realizan cada verano.

El trabajo continúa

Los miembros de la ONG que cada año trae a los pequeños también aprovecharon para agradecer que, un año más, haya sido posible esta estancia de los niños de los campos de refugiados de Tinduf en la ciudad. "Ha sido un gran verano con ellos", apuntaron, mientras aseguraban a todos los miembros de las familias de acogida presentes que la ONG ya está inmersa en la nueva edición de Vacaciones en Paz del próximo año "para que los niños vuelvan a tener una estancia feliz".