Apenas unos minutos después de que Mariano Rajoy anunciara que Fernando Martínez-Maíllo pasaría a ser el número tres del Partido Popular, numerosos medios se hicieron eco de la polémica respecto a la denuncia de IU sobre la refinanciación de créditos al que fuera el presidente de Caja España. Un proceso del que se ha querido desvincular a Maíllo desde las más altas instancias del PP, empezando por la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. La estrecha colaboradora de Rajoy ha insistido en que el zamorano "no está imputado", tras la nulidad de actuaciones producida semanas atrás. De hecho, la dirección nacional del PP está convencida de que se anulará el procedimiento, según ha manifestado públicamente el nuevo responsable de Comunicación, Pablo Casado.

En el ámbito regional, el secretario autonómico del Partido Popular de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha asegurado que la entrada de Maíllo en la dirección nacional de este partido "pone en una posición muy fuerte" al PP regional en la calle Génova. Sobre la causa del presidente zamorano, Mañueco ha restado importancia y ha visto desde la "absoluta normalidad" que Maíllo esté afectado. El secretario autonómico del PP ha insistido en que ni siquiera ha declarado y en que no se le acusa de "nada de corrupción", por lo que ha querido transmitir un mensaje de "tranquilidad".