En el ambiente se palpaba el fervor romero. El buen tiempo se encargó de poner el resto y cientos de zamoranos decidieron ayer acompañar al Cristo de Valderrey en la primera romería del año en la capital. Refrescaba en Zamora cuando, hacia las 9.30 horas los fieles se congregaron en la iglesia del Espíritu Santo para acompañar al Cristo, en un recorrido que este año sufrió modificaciones por las obras del AVE y que permitió que la imagen llegara a la ermita de Valderrey "en un tiempo récord" como explicó el presidente de la cofradía, Antonio Martín Alén. Unas 150 personas se encargaron de acompañar a la talla en su itinerario con las tradicionales paradas para que hermanos y romeros cogieran fuerzas con un buen chocolate en el bar del campo de fútbol de Valorio.

Cuando el sol empezaba a calentar en la campa de Valderrey, la imagen llegó a su casa, junto con el vistoso pendón de tejido de damasco que representa a la hermandad. Una vez dentro, tuvo lugar la tradicional misa que precedió a la eucaristía en la calle con la bendición de los campos. El Cristo, ataviado con faldilla granate de terciopelo y en brazos de los hermanos más veteranos, recorrió los escasos metros que separan la ermita del crucero de piedra y ladrillo que corona la campa. Allí, y arropado por los fieles, el capellán pidió "para que los campos produzca el alimento que necesitamos y conceda abundantes cosechas". El agua bendita puso el broche final a la rogativa y el Cristo volvió a la ermita para ser testigo del rezo de los fieles, que abarrotaron la pequeña ermita de Valderrey. Antonio Martín Alén se mostró satisfecho con el desarrollo de la jornada romera.