La Agrupación de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles de Castilla y León (Avecal) cifró ayer el impacto del impuesto del "céntimo sanitario" en la comunidad en la pérdida de 1,9 millones de litros, que han supuesto una merma de 600 millones de euros para las arcas de la Junta, además del cierre de 31 estaciones de servicio y el despido de cerca de 300 trabajadores, entre empleos directos e indirectos, desde la implantación del tributo en marzo de 2012. Los datos que han llevado al presidente de Avecal, Antonio Cid, a asegurar que el "mal llamado céntimo sanitario no ha servido para nada". También apuntó que ha sido "el peor impuesto posible para un sector pero también ha perjudicado a todos los castellanoleoneses, sin olvidar la merma de la recaudación vía tributos para la administración regional". No en vano, recordó que la comunidad ha dejado de vender 1,9 millones de litros de carburantes desde 2012, lo que supone un descenso del 24% frente a la bajada del 8,6% a nivel nacional. Una cantidad que Cid, precisó, hay que multiplicar por unos 0,30 euros y que da el resultado de 600 millones de euros.