La antigua marquesina de hormigón característica de la estación de Zamora fue derruida cuando se llevó a cabo la obra de adaptación de los andenes a la llegada de la alta velocidad. La marquesina fue sustituida por otra más moderna que se apoya sobre vigas de acero sin tocar la fachada interior de la estación. Sin embargo permanecía en su sitio la estructura de hormigón que servía de sustento a la marquesina, que está disimulada por una cubierta de granito, que hacía un efecto de "panza" en los muros que daban al andén principal. Dentro de las obras de reforma del interior de la estación, se ha salvado de los recortes la actuación de desmontaje de esta estructura, ya inservible, y que dejará al descubierto la fachada original, si bien es cierto que es mucho más simple que la principal, mucho más bonita. La estación de ferrocarril de Zamora data del año 1958, cuando sustituyó a la hasta entonces existente, mucho más pequeña. La marquesina antigua de hormigón era una gran estructura de 88 metros de largo por 7,5 de ancho que protegía a los pasajeros de las inclemencias meteorológicas. La marquesina no salía directamente desde la pared de la estación, sino que estaba sustentada por una sólida estructura propia, que es la que está desapareciendo ahora. En teoría esta obra dejará libre la fachada interior de la estación, con cuatro arcos de medio punto, aunque la nueva marquesina impedirá contemplar en su totalidad este elemento.