La reparación de jardines y de paseos con desperfectos, entre ellos, los motivados por las crecidas del río Duero a su paso por la capital, acaparan al año al menos 30.000 euros, presupuesto que el Ayuntamiento ha llegado a ampliar en años de riadas importantes con cargo a la partida de obras. Sin embargo, las previsiones en esta ocasión son, por el momento, de bajo riesgo, si se tiene en cuenta que el caudal empezó ayer a bajar. Durante las últimas 24 horas pasó de 470 metros cúbicos por segundo a 384, frente a las máximas de 518 registradas en lo que va de año, según la información recogida por la estación de aforos de la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD).

La evaluación de daños "esperará a que concluya la época de lluvias", según confirma el concejal de Medio Ambiente, Feliciano Fernández. No obstante, sus previsiones son halagüeñas si se tiene en cuenta que los datos del caudal están "en menos de la mitad de una riada de las que podría propiciar daños importantes", valora. En este sentido, prevé "pequeñas intervenciones de relleno" en algunos de los caminos invadidos por el agua en las inmediaciones de los puentes de Piedra y de Hierro.

El aumento del caudal por las avenidas del agua proceden, en su mayoría, del deshielo de las nevadas registradas semanas atrás en las cabeceras de los afluentes.

Aunque los valores acumulados no son alarmantes y se avecina una bajada de los índices, el incremento del caudal ha sido el suficiente para anegar los caminos. Por este motivo, la Policía Municipal ha acordonado la zona para señalizar las áreas del camino anegadas con el objeto de evitar el paso de peatones y garantizar su seguridad.

Justo hace un año el Duero llegaba a 1,20 centímetros de nivel y alcanzaba un caudal de 700 metros cúbicos con tendencia ascendente. Los datos no hacían sino corroborar la crecida del río, que anegó los paseos ribereños habituales de la margen derecha, también protegidos con las correspondientes cintas de señalización. Zonas como la desembocadura del río Valderaduey, que no llegó a desbordarse pero se acercó peligrosamente al límite, o los paseos que discurren entre los puentes de Hierro y de Piedra también se vieron afectados.