Entre las diversas causas que tramita el Juzgado de Menores contra el adolescente detenido por atracar en la capital, se tramita el asalto a un repartidor de un establecimiento de venta de pizzas, al que amenazó con una pistola simulada para conseguir dinero. En el expediente abierto en Menores, se le acusa de un delito de robo con violencia e intimidación, al haber utilizado un arma para que el empleado de la pizzería le entregara el dinero que llevaba encima.

Con las mujeres a las que robaba en calles céntricas, se servía de una navaja para amenazar a las que se negaban a darle el bolso y trataban de resistirse cuando el delincuente intentaba pegarles el tirón. El menor, al parecer, indicó a la policía que los objetos que sustraía los vendía.

El joven, que actuaba con la cara tapada por una braga y la cabeza cubierta por una gorra y vestía siempre de negro, solo se comunicó con sus víctimas en los primeros atracos para pasar a actuar en silencio para dificultar que se le pudiera identificar por la voz.

En base a esos datos, la Policía Nacional buscaba a un joven de unos 20 años, de nacionalidad española, cuya localización fue difícil, no solo porque ocultaba sus rasgos físicos tras una braga y una gorra, sino también porque vivía en el mismo área de la capital que eligió para robar, lo que le permitía salir de casa, dar el tirón y refugiarse de inmediato en su domicilio.