Aún no ha cumplido la condena de un año y nueve meses por nueve robos que le condujo al centro de Menores de Zambrana y ya está de vuelta, acusado de nueve atracos a punta de navaja a mujeres en la capital, en las zonas de La Candelaria y de La Marina.

El mismo viernes que fue detenido por la Policía Nacional, el día 2 de enero, el juez de Menores ordenó la reclusión preventiva por seis meses del adolescente -que actuaba con la cara tapada y una gorra para evitar ser reconocido, al estimar que había indicios de delito suficientes como para imputarle los asaltos y ordenar tal medida preventiva, explican fuentes próximas a la investigación.

La gravedad de los hechos que se le imputan y la alarma social que causó en la capital con su conducta delictiva, ya que amenazaba con una navaja a aquellas víctimas que se resistían a entregarle el bolso, explican la decisión judicial, previo informe de la Fiscalía de Menores, que pidió el internamiento provisional.

El acusado, cuando pasó a disposición judicial, rehusó responder a las preguntas de la fiscal y del magistrado, quien aceptó la solicitud del Ministerio Público, dadas las pruebas recabadas por la Policía Nacional que le vinculaban con las denuncias acumuladas por los atracos, así como por la sentencia firme por hechos similares que le mantuvo en Zambrana hasta hace poco. En su domicilio, situado en la zona de La Candelaria, los agentes encontraron algunos de los efectos sustraídos en sus atracos. Se trata de un zamorano de 17 años de edad, sobradamente conocido en ámbitos policiales y en la Fiscalía y el Juzgado de Menores, donde se tramitan otros dos expedientes por hechos similares cometidos en cuanto cumplió el año de internamiento y pasó a completar los otros nueve meses de condena bajo libertad vigilada.

El menor aprovechó su regreso al domicilio familiar, tras abandonar Zambrana, para continuar con su actividad delictiva en la capital, sin esperar siquiera a concluir la condena por varios robos a año y nueve meses de internamiento en régimen semiabierto. Los robos con intimidación parecen ser su especialidad, ya que tiene otros tres pendientes de enjuiciar. Durante los doce meses que permaneció en Zambrana disfrutó de permisos de fines de semana, ya que la condena de internamiento le permitía visitar a su familia los fines de semana.