La venta de bronce en el mercado negro explica la misteriosa desaparición de los adornos, tiras y pomos de ese material que se colocan en las puertas de hierro de los edificios de la capital. Los cacos llevan poco más de una semana saqueando cuantas puertas se les ponen por delante, más de una decena ya, sin que por el momento haya sido posible identificar a quienes son expertos en desmontar, cuidadosa y limpiamente, las valiosas piezas del metal: desatornillan los elementos decorativos y dejan el hierro pelado. Por supuesto, los ladrones actúan de madrugada, como confirma algún vecino ha llegado a presenciar cómo abandonaban el lugar con "un par de tiras de bronce en la mano".

Los primeros en sufrir esta nueva modalidad de robo fueron los vecinos de, al menos, cuatro portales situados en el barrio de San Lázaro, aunque no se han olvidado de pasar por el centro de la capital y en la plaza de Santa Eulalia también han "limpiado" lo que han podido, explican los afectados.

Una de estas últimas fechorías tuvo lugar en la plaza de La Puentica, donde, a las seis de la mañana, un hombre observó cómo un varón, joven, caminaba por la calle con dos embellecedores, tampoco sospechó que se tratara de un robo, puesto que el individuo se comportaba con absoluta normalidad y desconocía que se estaban produciendo este tipo de sustracciones. El hombre no pudo identificar al ladrón, del que solo sabe que era joven y un varón, según explica una de las vecinas en cuyo portal han actuado ya los amigos de lo ajeno, "dejan la forja y se llevan las piezas de bronce, que van unidas al hierro por tornillos", que tienen un coste nada despreciable. Los afectados confían en que la Policía Nacional pueda identificar y detener a estos delincuentes, aunque no sea posible recuperar los elementos que han sustraído en distintas comunidades de vecinos.