Si hay un ejemplo de mala planificación de una obra pública este hay que encontrarlo en la Ronda Norte, un tramo de autovía de nuevo trazado que rodea la ciudad desde la rotonda de la N-630 poco antes de llegar a Roales, hasta otra rotonda en la N-122 justo al lado de la gasolinera que hay pasando Guimaré. Esta autovía se inauguró el 23 de julio de 2010 sin que en su trazado previera el paso del AVE. Sí dejó un paso bajo la autovía para que atravesara el ferrocarril convencional, pero no para el AVE, y eso pese a que el grupo municipal de Izquierda Unida advirtió reiteradamente el error de planificación de las obras. Los entonces responsables del Gobierno socialista no tuvieron en cuenta este factor. Tampoco al otro departamento del Ministerio de Fomento pareció preocuparle mucho el asunto, ya que la obra, adjudicada unos meses antes, en febrero de 2010, mantenía en el proyecto la necesidad de un falso túnel de 980 metros de longitud precisamente para salvar la autovía. La obra, adjudicada en 51 millones de euros para 8,12 kilómetros de trazado, tenía precisamente en este túnel la infraestructura más costosa. Eso sí, las obras del tramo empezarían mucho después. Nadie ha explicado nunca la razón por la cual no se dejó un paso para el AVE en la autovía, sin duda una solución más fácil y barata que la del túnel actual.