Túnel de Otero (1.100 metros), de Puebla (1.500 metros), de Pedralba (1.700 metros), de Requejo (2.400 metros), Padornelo (6.400 metros), Hedroso (913 metros), Lubián (1.710 metros), La Canda (7.300 metros), Vilavella (900 metros), O Cañizo (5.300 metros) y O Espiño (7.900 metros) son algunos de los túneles que permitirán al tren de alta velocidad superar la complicada orografía que separa Zamora y Galicia. Todos estos túneles se construyen en estos momentos y algunos están muy avanzados. Las tuneladoras ayudan a perforar los agujeros bajo tierra, pero sólo se utilizan en algunas obras, no en todas, tubos dobles que sirven no sólo para que un tren circule en cada sentido, sino como túnel de seguridad de cada uno con su gemelo. La excepción es el túnel de Padornelo, ya que solamente se está construyendo uno. La idea es que en 2018, cuando entre en servicio el nuevo, el actual sea sometido a trabajos de modernización, con el fin de seguirlo utilizando para el AVE. En algunos túneles largos, como el de O Espiño, que tiene casi ocho kilómetros, se han realizado, aprovechando la orografía del terreno, puntos de ataque, es decir, bocas que permiten acceder a los trabajos con más facilidad fuera de los accesos principales. "Avance y destroza" es la técnica utilizada para tan ardua tarea de excavar túneles, dijo Antonio Gutiérrez, director general de Construcciones del Ministerio de Fomento, mientras explicaba el funcionamiento de las tuneladoras.