Impresionante, es la palabra que define la vista de las obras de gran magnitud de las nuevas infraestructuras ferroviarias que se ejecutan por las montañas de Zamora y Orense, una sucesión de túneles que, en palabras del presidente Gallego, Núñez Feijoó "traen el progreso a Galicia". Son 38 kilómetros de tubos soterrados, "la obra más importante de España" en este momento, dijo la ministra de Fomento, que acababa de recibir los halagos de Núñez Feijoó por haber cumplido con el AVE gallego no con palabras, sino con la realidad de las obras.

Tras visitar con un nutrido séquito de periodistas, técnicos de ADIF y Fomento y autoridades de todas las escalas, el túnel de O Espiño, la explanada de la estación de Porta Galicia y el Túnel de Vilavella (ya muy próximo a Zamora), Pastor y Feijoó aprovechaban la ocasión para cantar las loas de la gran obra del AVE gallego y felicitarse porque vaya viento en popa "la obra más difícil en el momento más difícil". El gallego, en su lengua autóctona, habló de un Gobierno, y especialmente Rajoy y Pastor, que cumple su palabra para con Galicia, del aumento presupuestario que hace de Orense la segunda provincia con más inversión en 2015, de la superación del ancestral déficit de infraestructuras de su comunidad, del AVE y el Eje Atlántico como oportunidad para mejorar la economía y la competitividad. Y se felicitó porque, al fin, 2018 sea una fecha creíble para la llegada del AVE a Galicia, de la oportunidad que representa ponerse en tres horas en Madrid (la mitad de tiempo que en coche) y el deseo de que el nuevo tren sea utilizado por miles de personas, una masa crítica suficiente para mantener su viabilidad.

Ana Pastor puso sobre la mesa algunos datos esperanzadores sobre el efecto que tiene la alta velocidad en el incremento del número de viajeros. Dijo que lo suyo es más el trabajo que las promesas, pero desgranó pormenorizadamente cifras y presupuestos, mientras lanzaba alguna puya a quienes, antes favorecidos, se sienten ahora agraviados por una inversión que acerca a Galicia "a la competitividad".

La ministra hizo un repaso por el estado de la obra, y destacó que en estos momentos está todo en marcha: entre Olmedo y Zamora está todo adjudicado y listo para, en pocos meses, entrar en servicio; entre Zamora y Lubián sólo falta el segundo túnel de Padornelo (la adaptación del actual) y entre Lubián y Taboadela hay 91 kilómetros en obras a pleno rendimiento. Lo más atrasado es el tramo entre Taboadela y Orense, es decir, la entrada a la capital, que va a ser modificado, lo que requiere la intervención del Ministerio de Medio Ambiente para la autorización ambiental. Lo de ayer fue, en definitiva, un acto de cara a la parroquia gallega, aprovechando que, pese a la crisis, las obras del AVE avanzan a un ritmo más de aceptable, lo que influye directamente en el avance de la alta velocidad también en Zamora, provincia que supone una puerta de acceso imprescindible para la vecina Comunidad. De los cien kilómetros entre Lubián y Orense, casi 60 discurren por vías con plataformas independientes en la vía derecha y la izquierda.