El profesor cubano Jesús Jambrina ultima los detalles del Congreso Internacional "Zamora y La Raya: herencias sefardíes compartidas", que tendrá lugar en las localidades lusas de Vimioso y Carção, en Fermoselle y en la capital los cuatro primeros días del próximo mes de julio. El encuentro, que reunirá a estudiosos de primer nivel sobre la cuestión sefardí, viene como fruto de la exitosa primera edición, celebrada los Barrios Bajos hace ahora casi un año. Jambrina ofrece los detalles de la convención y los participantes, así como sus motivaciones personales en este proyecto.

-El éxito del primer congreso allanaba el camino de una segunda edición, ¿por qué decidieron que fuera de forma consecutiva?

-La razón principal es porque el primer congreso requirió muchísimo trabajo y esperábamos muy pocas personas. Afortunadamente, la participación fue el doble de la prevista. Aunque pensábamos en un segundo congreso en dos o tres años, cuando regresé a Estados Unidos, comencé a recibir correos pidiéndonos que se organizara ahora. "Es importante que esta llama no se apague", me dijeron. Nos pusimos a trabajar entonces en algo que fuera diferente y se nos ocurrió aprovechar la abundante bibliografía que existe sobre La Raya.

-¿Cómo se organiza una actividad de este nivel sin financiación?

-Este trabajo surgió de una investigación personal de tres años. Cuando anunciamos el congreso, había personas que conocían Zamora desde el punto de vista judío. Esa referencia atrajo la atención. Esta tierra está en la encrucijada del antes y el después de 1492, fecha de la expulsión. Ahí se creó el interés para que los expertos vinieran a pesar de que es cierto que no tenemos financiación ni de instituciones ni de empresas. Los investigadores se autofinancian: se pagan su hotel, su comida e incluso la inscripción al congreso. También ha habido firmas como Estancia Piedra, Quesos Vicente Pastor, Jambrina y Madrid Folk o NH que sí han apoyado este evento.

-¿Cómo han conseguido que acudan a Zamora personas como Jane Gerber, directora del Instituto de Estudios Sefardíes de la Universidad de Nueva York?

-Jane Gerber escribió uno de los libros más conocidos de la historia de los sefardíes en España y conoce la conexión con Portugal. Hablamos con colegas que tenían acceso a ella y les pedimos que la convencieran, como en efecto aceptó.

-Por lo tanto, este segundo congreso mantendrá el nivel del primero?

-Tener a Jane Gerber es muy importante. Aceptar venir es un apoyo directo a nuestro proyecto de investigación, como hizo Abraham Gross el pasado año. Vamos a tener igualmente a Luis Álvarez, un zamorano que estudia genética en la Universidad de Coimbra que hizo un estudio muy importante con Inés Nogueiro, que se publicó en el American Journal of Genetics. Ellos han demostrado las conexiones genéticas entre Tras os Montes y la cultura hebrea. Tendremos de nuevo a Abraham Haim, presidente de la Comunidad Sefardí de Jerusalén, recibido por Juan Carlos I hasta hace dos días y la persona que ha tendido puentes entre Israel y España. Repetirá Judith Cohen, que ha hecho un estudio de campo sobre las canciones sefardíes en la franja con Portugal. Con nosotros estará Gloria Mound, directora de la Casa Shalom, que ha realizado un estudio muy interesante, documentando zamoranos que fueron a los campos de concentración entre 1940 y 1945. En total, contaremos con una veintena de presentaciones.

-Han invitado a la cantante Mara Aranda, tan desconocida a los ojos de los zamoranos como interesante es su música, ¿por qué la han invitado?

-Mara Aranda es una de las cantantes de música sefardí más importantes en la actualidad en España. Hará un concierto único. Mara vino al congreso el pasado año, acudió a todas las presentaciones, pero no avisó de que venía. Al final de la convención, me la presentaron y me sorprendí muchísimo porque conocía su música, pero no a ella físicamente. Se ofreció a venir este año y nosotros accedimos encantados. Vamos a cambiar el concierto de la plaza de Santa Lucía al teatro Principal, el próximo tres de julio. Mara Aranda será la protagonista, pero participará otra serie de músicos.

-Llama la atención tanto la presencia de investigadores de prestigio como la ausencia de historiadores locales, ¿por qué?

-Puedo asegurar que hemos invitado a todos los historiadores de Zamora que conocemos, de hecho hay investigadores de todo el país. Lo más importante que tenemos de la ciudad no son los expertos, sino el público. Esa fue una de las sorpresas más gratas del primer congreso. Entre los investigadores españoles figuran Emilio Fonseca, arquitecto gallego; José Manuel Laureiro, director de un colegio en el madrileño barrio de Lavapiés o Anun Barriuso, conectada con Zamora por sus raíces familiares.

-¿Qué interés tiene Jesús Jambrina en organizar este encuentro?

-Mi principal interés está en la investigación. Soy profesor de Historia y Cultura Hispanoamericana en Estados Unidos y el estudio es parte de mi trabajo. Cuando investigo, me gusta hacerlo sobre cosas con las que me identifico. Mis raíces están en Gema del Vino, converso con mis familiares cuando vengo y es muy gratificante venir aquí, pasear por sus calles o visitar sus pueblos.

-Con lo que conoce del patrimonio histórico artístico de Zamora y la vinculación con la herencia judía, ¿cree que podría proyectarse esta relación en provecho de la ciudad?

-Cuando se habla de románico, no se puede hablar solo de la cultura cristiana. En Zamora, entonces, también hubo judíos. Hubo sinagogas, están registradas. Hubo comunidad judía y rabinos, están estudiados. Es un momento de diversificar la cultura zamorana. Cuando hablamos de iglesias, no solo debemos hablar de la Zamora cristiana, sino de una cultura más amplia con representación judía. Muchas de sus construcciones hebreas antiguas en la época medieval, también hay mucho románico. No sería inteligente que Zamora despreciara su diversidad cultural. Esta ciudad tiene ese lado sefardí que podría ser muy beneficioso para la sociedad y la economía locales. En el siglo XV, Isaac Arama escribió "Zamora, la más hermosa de las provincias del norte". Habla de la tierra en la que nació y creció. No hay que establecer una guerra entre religiones ni culturas. Zamora es cristiana y profundamente judía en su historia. El Gobierno español trabaja en un proyecto de nacionalidad para los sefardíes. Si miramos fuera de Zamora, todas las ciudades de este país tienen museos y centros dedicados a los hebreos o reconocidas las juderías: hablo de Barcelona, Madrid, Toledo, Segovia, Granada, Burgos, Vitoria o León. Cuando todas las ciudades españolas están recuperando sus raíces, es preciso decir que Zamora tiene mucho que decir en este ámbito.