«Hace tiempo que deberían haber puesto sus cargos a disposición del PSOE» porque «existe una línea roja que un político nunca debe traspasar y ellos lo han hecho», «solo se han servido de la política», reprochó ayer el secretario provincial de esta formación política, Antonio Plaza, al alcalde de Rábano de Aliste por este partido, Antonio Faúndez Arribas, y el concejal y diputado provincial del mismo partido, Enerino Luis Gago, imputados por el juez por malversación de caudales públicos y prevaricación.

Plaza recordó que sobre ambos pesa la suspensión cautelar de militancia y tienen abierto un expediente de expulsión porque «el PSOE no quiere en su partido este tipo de comportamientos. A quien más exigimos es a nuestros propios compañeros porque la política es un servicio al ciudadano y el político no debe servirse de la política para otros fines» ajenos a esa función.

El máximo responsable de los socialistas zamoranos concretó que la expulsión del alcalde y del concejal y diputado provincial se producirá cuando exista una sentencia firme de los tribunales que confirme las imputaciones que realizó la Fiscalía Provincial contra Faúndez Arribas y Luis Gago, ahora admitidas por el juez que investigó el caso en el auto de apertura de procedimiento abreviado (previo a la celebración del juicio en la Audiencia Provincial).

Los delitos de que se les acusa están directamente relacionados con supuestas ilegalidades cometidas en la adjudicación del Área de Rehabilitación Integral (ARI) en el casco urbano de San Mamed (municipio pedáneo de Rábano) y en la selección de los beneficiarios, entre los que está la esposa del edil, María Dolores de la Iglesia, lo que tendría que haber llevado a Luis Gago a apartarse del procedimiento de concesión de ayudas y de cualquier votación relacionada con esta cuestión.

En la causa también se les acusa de realizar un uso particular de los teléfonos móviles de los que disponían por su condición de integrantes del equipo de Gobierno y cuyas facturas abonaba el propio Ayuntamiento de Rábano, con costes que oscilaron entre los 40 y los más de 300 euros por el acceso a números para participar en concursos, contenidos premium, mensajes de texto de coste elevado y, entre otras operaciones, por llamadas a Italia, Rusia, Portugal o Túnez.