La zamorana Rosario Heras, Premio Castilla y León a la Protección del Medio Ambiente, se encuentra en el club de elegidos por su capacidad intelectual e investigadora, lo que no la ha alejado de la realidad ni de la sociedad sino, más bien, todo lo contrario. La científica insiste en que se la llame por el apelativo más cercano y vive bien asida al mundo actual, hasta el punto de que no le duelen prendas a la hora de denunciar que en España se ha construido muy mal desde el punto de vista de la eficiencia energética. Su trabajo y el del equipo que dirige con orgullo está llamado a cambiar el mundo y hacerlo mejor y más sostenible, siempre que quienes tienen la llave de las asignaciones presupuestarias le hagan caso. Después de haber recibido el Premio Ical al Compromiso Humano, Charo Heras recibe emocionada el Premio Castilla y León 2013 a la Protección del Medio Ambiente, volviendo a ser profeta en su tierra.

-El trabajo que desarrolla puede cambiar nuestro concepto de la energía y del medio ambiente, lo que casa directamente con el motivo por el que le han concedido este último premio.

-Cuando, en 1986, empecé a representar a España en la Unión Europea en un área de conocimiento que era la energía solar en la edificación yo veía lo que se estaba haciendo en Europa, venía a España y lo contaba en los ámbitos de la arquitectura, la construcción de las instalaciones energéticas y me decían que era muy rara y que esto aquí no se haría nunca. Pero, poco a poco, investigamos para llevar hacia delante lo que desde Europa, en aquellos momentos, eran ideas que iban a salir sobre directivas europeas. Ahora, en 2014, esto ya son directivas que todos los gobiernos tienen aplicar para trasponer sus leyes de acuerdo con lo que marcan estas directivas. En 1986, se hablaba sobre todo de energía y, en 1992, los trabajos que íbamos haciendo los científicos planteaban también el tema del medio ambiente por aquello de que la energía que menos contamina es la que no se consume y la que más contamina es la que en España más utilizamos, los derivados del petróleo y del gas natural, que al quemarlos emiten dióxido de carbono y perjudican al medio ambiente. De este modo, pretendíamos que se intentaran utilizar las energías renovables para ahorrar energía.

-¿Cuál es el momento clave de su trayectoria? ¿El nombramiento, en 1986, como investigadora principal del Instituto de Energías Renovables, el actual Ciemat?

-Yo estudié Físicas, hice el doctorado en Físicas en la Universidad Complutense de Madrid y estuve diez años de profesora allí. En 1986, cuando España entra en la Unión Europea, sale una plaza de doctor contratado en la antigua Junta de Energía Nuclear, que estaba siendo ya el Ciemat, y es donde todavía sigo, después de 28 años. En el Ciemat había una serie de institutos, entre ellos, uno de energías renovables y yo entré a crear una sección, lo que luego se llamaron proyectos de I+D. El tema iba sobre arquitectura bioclimática y energía solar de baja temperatura, la que ahora mismo se llama eficiencia energética que, a fin de cuentas, es lo mismo: tener en cuenta el edificio para que, utilizando el sol, se gaste menos energía para calefacción y refrigeración. En aquel momento, preocupaba sobre todo la energía porque veníamos de la crisis energética de 1973. Pero, a través de las investigaciones, a partir de 1992, la energía se une al medio ambiente para intentar contaminar menos. Desde siempre, he intentado que evitemos el derroche de energía, que en España es mucho y, además, de una energía que no tenemos, porque dependemos en más del 80 por ciento del petróleo y del gas natural que vienen de fuera y un autoabastecimiento que no llega al 20 por ciento. Tenemos unas energías renovables que tenemos que utilizar, tenemos algo de carbón y unas pequeñas nucleares. Lo que yo intento es movilizar y mentalizar a los técnicos responsables de esta área de conocimiento.

-Usted se ha hecho famosa porque dice que en España hace falta un «boom» de rehabilitación con la eficiencia energética como objetivo.

-Cuando intento movilizar a los arquitectos e ingenieros, he tenido que aguantar muchas cosas, porque a los físicos se nos relaciona mucho más con la parte de investigación básica y menos con la investigación aplicada, como es esto y, sobre todo, con el cambiar la mentalidad en España sobre la energía, porque se puede ahorrar mucho si se diseñan bien los edificios. En España se ha construido mucho y, energéticamente, nada bien. Ahora mismo, tenemos más del 80 por ciento de viviendas que consumen mucha más energía de la que necesitan y que, por tanto, la derrochan, así que el 'boom' está en que la rehabilitación en cuanto a orientaciones y materiales de la envolvente, es decir, las paredes y ventanas que separan el exterior del interior de los edificios. En España hace falta la rehabilitación energética y un gran cambio de mentalidad en cuanto al ahorro energético.

-¿Los políticos españoles hacen caso en algo los científicos?

-Nos hacen caso relativamente. Al final, los políticos dictan leyes y normas y la normativa siempre va un poco por detrás de lo que debería ser. En el Ciemat tenemos un grupo multidisciplinar de 22 personas trabajando en el ámbito de la edificación: arquitectos, ingenieros, físicos, químicos, informáticos y periodistas, porque hay que abrir una gran campo de actuación en este área conocimiento. Siempre vamos un poco por delante, llevando investigación, para que luego, a la hora de hacer normas, esas normas tengan algo que ver con lo que en la realidad se comprueba y se mide, que es lo que hacemos los investigadores.

-¿Está bien respaldada económicamente la investigación que desarrolla?

-En primer lugar, ahora mismo en España el mundo de la investigación, desarrollo e innovación está poco valorado y poco financiado. Hemos pasado un año 2013 bastante malo. Las convocatorias de los proyectos del Plan Nacional de I+D+i que tenían que haber salido en enero salieron en noviembre, así que al estar poco valorada es muy problemático conseguir proyectos de investigación. Sí es cierto que en noviembre de 2013 la Unión Europea salió el programa marco de investigación e innovación, con el nombre Horizonte 2020. Se aplica a diversas áreas de conocimiento porque se pretende que en el año 2020 se consiga un 20 por ciento de reducción de emisiones de CO2 a la atmósfera, un 20 por ciento de producción de energía de origen renovable y un 20 por ciento de disminución del consumo de energía.

-¿Dónde están presentando el mayor número de proyectos de investigación?

-Los países de la UE podemos presentar proyectos para realizar trabajos de investigación y conseguir financiación y mi grupo de investigación ha presentado un proyecto, tenemos en mente otros dos o tres y también tenemos otras cuantas propuestas. El objetivo es presentar propuestas a proyectos para conseguir financiación para nuestras investigaciones porque, ya que en España está tan fastidiada por la crisis, hay que buscar proyectos donde los haya, en Europa o, por ejemplo, en Arabia Saudí, donde nos han pedido que presentemos un proyecto importante porque se quiere realizar una ciudad que sea eficiente energéticamente con fuentes renovables porque, a pesar de que tienen mucho petróleo, son conscientes de que llegará el día en que se acabe y tienen muchas energías renovables. Han seleccionado una serie de centros de investigación de todo el mundo, entre ellos el Ciemat, por su trayectoria y sus características, con 1.300 personas que investigan sobre energía, medio ambiente y tecnología, para que presenten diversos proyectos, por ejemplo, sobre desalación de agua y, en el caso de mi grupo, en concreto, con el fin de intentar utilizar el sol para producir aire acondicionado en verano, un tema ahora mismo puntero en el ámbito de la investigación.