Cerca de 3.000 personas asistieron ayer al acto de confirmación de 292 jóvenes en el auditorio Ruta de la Plata. La elección de este marco, pese a las reticencias de algunas personas por el tiempo y por ser un espacio no religioso, se debe «al deseo de celebrar el Año de la Fe» y porque «no hay un lugar que tenga tanta capacidad y donde se vea bien», indicaron fuentes de la Diócesis.

En el escenario se ubicó el altar así como un coro, integrado por una treintena de personas de las parroquias y los colectivos cristianos de los confirmantes, distribuidos en la parte derecha de la escena y la más aledaña, mientras que los familiares ocuparon las gradas, donde intentaron sortear el sol con paraguas y gorras así como paliar el calor con agua facilitada por los numerosos voluntarios ataviados con una camiseta verde.

La celebración comenzó con la recepción de la Cruz de los Jóvenes, regalada por la Diócesis y que pasará a estar en Santiago el Burgo, acompañada por monaguillos, párrocos, los vicarios y el obispo. Tras situarla al lado del altar, se sucedieron las lecturas, el Evangelio y la homilía del obispo. Gregorio Martínez para su intervención se situó en la zona de sol «para que el sol también me dé a mí», dijo al tiempo que explicó que la confirmación colectiva se realiza «porque queremos de alguna manera hacer lo que el papa hace en los encuentros con los jóvenes» y enfatizó: «Los lugares los hacemos santos los creyentes». El prelado a los confirmandos les indicó que, parafraseando a Juan Pablo II, «podéis y debéis ser lo modernos que queráis y podéis y debéis seguir a Jesucristo sin dejar una y otra cosa de lado», mientras que a sus padres les instó «a acompañar a los hijos en este sacramento que no es absurdo» y a los educadores les pidió que acompañen a los jóvenes «para que terminen de formarse como cristianos». Tras renovar los jóvenes sus promesas de fe, el obispo entregó la crismera a los vicarios y se encargó de dar el sacramento directamente a 55 jóvenes y de manera simultánea los cinco vicarios de la Diócesis hicieron lo mismo con otros tantos muchachos, por lo que seis personas confirmaron a la vez, algo que no sucedía desde hace décadas en la Diócesis. «¡Bravo por los hijos e hijas de Zamora ya que parecía que está experiencia iba a ser respaldada!», dijo el obispo a los presentes, palabras secundadas con una ovación.