La Dirección Provincial de Educación ha suspendido las clases en la etapa de Infantil en el colegio de «La Candelaria» de la capital porque, «no es posible garantizar las condiciones adecuadas de seguridad, salubridad e higiene en el centro», según explica la administración en un escrito entregado en el colegio a los alumnos afectados y que ha sido colocado en la entrada del centro.

La decisión llega tras la protesta de los padres y los alumnos del centro ante la Dirección Provincial, tras la que fueron recibimos por el responsable, Fernando Prada, que decidió cerrar las aulas de forma temporal.

Así las cosas, el próximo lunes no habrá clase para los niños de Infantil, pudiendo los padres llevar a sus hijos al colegio, aunque serán atendidos en otras dependencias del centro educativo.

Los niños no irán a clase, pero esas clases ya están limpias. Ante esta incongruencia se encontraron las trabajadoras de Seralia cuando se acercaron ayer por la tarde a las puertas del colegio y se pudieron cerciorar de que efectivamente las aulas de Infantil estaban limpias, aunque la trabajadora de servicios mínimos que estaba encargada de esas instalaciones había sido despedida por la mañana.

Los sindicatos pondrán ahora los hechos en conocimiento de la Inspección de Trabajo y denunciarán a la empresa por «esquirolaje interno», por «reventar la huelga mandando a otras personas a limpiar lo que está afectado por la huelga y no está estipulado en los servicios mínimos», se pronuncia Nieves García, secretaria provincial de UGT.

Precisamente, entre las trabajadoras que se desplazaron hasta las puertas del colegio de «La Candelaria» se encontraba la responsable de los servicios mínimos del centro hasta esa misma mañana, Lourdes Fernández, que asegura que el día anterior recibió coacciones de su jefe para que limpiara más allá de los servicios mínimos. «Yo estaba en servicios mínimos, solo para limpiar las papeleras y los cuartos de baño, y me dijo que si no hacía todo el colegio que me atuviera a las consecuencias, y lo cumplió, ya estoy oficialmente despedida», explica la ya exempleada de Seralia.

La sorpresa de las trabajadoras y de los sindicatos fue mayúscula cuando comprobaron que las aulas afectadas por el cierre estaban limpias, cuando tan solo unas horas antes la suciedad era la protagonista de las instalaciones. «No podemos permitir que vengan a limpiar de fuera, esto es una huelga y se están saltando todos los principios a la torera, veremos a ver cómo acaba todo esto», se pronuncia Pilar Gago, una de las trabajadoras de las dependencias municipales que conserva su puesto de trabajo.

Para ayer estaba previsto que Seralia despidiera a tres empleadas, y ha anunciado otros cuatro despidos para la semana que viene, por lo que las rescisiones sumarían 12 de una plantilla de medio centenar de trabajadoras.