La estrechez de las aceras en la calle de La Feria, en la capital, alcanza en algunos tramos los 30 centímetros. Estas dimensiones obligan a carros de niños e incluso a sillas de ruedas a circular por la calzada ante la imposibilidad de hacerlo por la acera. Lo mismo ocurre cuando varios peatones se cruzan en la zona destinada a los viandantes. Alguno de ellos se ve obligado a descender a la calzada ante la estrechez de la acera, con el plus de que la zona es muy concurrida a cualquier hora tanto por peatones como por conductores. Ante esta tesitura, las dos opciones que se le presentan al equipo de Gobierno son elevar a un mismo nivel ambos pasos o, por el contrario, mantener calzadas y peatones, tal y como está en la actualidad.

Limitar la velocidad en el tramo es otro de los objetivos que persigue el Ayuntamiento, a pesar de que ya existe en la zona una prohibición de circular a más de 30 kilómetros por hora, una restricción cuyo incumplimiento es habitual. No obstante, la instalación de una elevación servirá para rebajar la rapidez de los conductores.