Durante las fechas de Carnaval, brillan con luz propia las celebraciones de algunos lugares. De entre ellos, Cádiz destaca por su tradición, mientras que los Carnavales de Tenerife son comparados por los expertos por los más famosos del planeta, las celebraciones de toman las calles de Brasil. Sin embargo, las máscaras cubren muchos más rostros a lo ancho y largo de nuestro país. Desde grandes capitales, hasta pequeños pueblos. Desde lo recóndito de las Islas Canarias, hasta la punta pirenaica de la localidad catalana de Roses, todo es fiesta y explosión durante unos momentos del año.

Si comenzamos por el sur, la isla de Tenerife comparte protagonismo con Las Palmas, donde se califica el Carnaval con las fiestas más importantes del año. Y es que esta celebración se prolonga durante tres semanas, donde todo es color, música y diversión. Allí, los actos más multitudinarios los componen la Cabalgata, que recorre cerca de siete kilómetros por la capital, y lo que los isleños llaman los «mogollones», fiestas nocturnas que consiguen juntar a decenas de miles de personas.

En la hermana Tenerife, las celebraciones tienen la calificación de fiestas de Interés Turístico Internacional, que habla con voz propia de una tradición que los historiadores sitúan en el siglo XVIII, cuando los tinerfeños celebraban fiestas y bailes con muchos invitados. La llegada de la Guerra Civil española censura esta festividad, pero es a partir de 1945 cuando los habitantes de la isla retoman el Carnaval, eso sí, de forma privada en sus casas. Como Fiestas de Invierno se comenzaron a conocer, pese a los recelos de un clero que impedía, en la medida de lo posible, la eclosión de los disfraces. En 1980, obtiene de la Secretaría de Estado su declaración internacional, lo que coloca el color y la explosión de sentimientos bajos las máscaras de la isla en el segundo lugar de un podio encabezado por la samba brasileña.

En Cádiz, la repercusión es parecida, pero el desfase y la diversión son aún más notables. Allí, sobre todo durante este fin de semana, disfrazarse no es una opción, sino una obligación. A la música y el desenfado crítico de murgas y comparsas se unen algunos tópicos relacionados con la gastronomía y otros ámbitos. El silbato, las tortillas de camarones, un vaso colgado en el cuello, una caja y un bombo son algunos detalles que uno ha de investigar para conocer de verdad el corazón de las fiestas gaditanas. Los fuegos artificiales en el Castillo de Santa Catalina ponen fin este año a toda una serie de concursos musicales con una amplia tradición y de visita obligada para todo curioso de estas fechas.

A lo largo de las últimas dos décadas largas, Cartagena ha emergido como uno de los grantes lugares. Este fin de semana, volverán a hacer todo tipo de celebraciones, en las que estarán implicadas cerca de 5.000 personas, distribuidas entre comparsas y chirigotas. Es la Federación del Carnaval de Cartagena la institución que se encarga de organizar cada detalle, con el fin de que tanto los vecinos como los turistas disfruten de una tradición que se ha intensificado en las últimas dos décadas largas.

De Tenerife a Las Palmas

Los carnavales isleños son diversos y abarcan varias islas. Por eso, podemos distinguir una ruta imaginaria desde Tenerife a Las Palmas. La celebración se prolonga durante tres semanas, donde todo es color, música y diversión. Allí, los actos más multitudinarios los componen la Cabalgata, que recorre cerca de siete kilómetros por la capital, y lo que los isleños llaman los «mogollones», fiestas nocturnas que consiguen juntar a decenas de miles de personas. Entretanto, en Tenerife la tradición se hace realidad tal y como demuestra el prestigio internacional de sus carnavales. No en vano, este fenómeno se refleja en la distinción mundial como fiesta. La tradición viene de antiguo, concretamente del siglo XVIII, cuando los habitantes de la isla celebraran suntuosos bailes con muchos invitados, germen de lo que hoy conocemos con cercanía como uno de los carnavales más celebrados del país.

Diversión a lo grande en Cádiz

Son muchos los zamoranos que se han acercado en alguna ocasión a Cádiz para disfrutar de sus carnavales, sobre todo porque, según dicen los gaditanos, es uno de los mejores momentos no ya para conocer la pequeña península, sino uno de los aspectos más destacados de la tierra, el calor de sus gentes. A la música y el desenfado crítico de murgas y comparsas se unen algunos tópicos relacionados con la gastronomía y otros ámbitos. El silbato, las tortillas de camarones, un vaso colgado en el cuello, una caja y un bombo son algunos detalles que uno ha de investigar para conocer de verdad el corazón de las fiestas gaditanas. «Domingo Gordo» en Navalmoral de la Mata (Cáceres)

La celebración del Carnaval no es exclusiva de las grandes urbes ni tampoco de las de más prestigio nacional. Son también las localidades de menos habitantes las que salpican la geografía de España con su toque original. Tal es el caso de Navalmoral de la Mata, en la provincia de Cáceres. La fiesta más importante de esta ciudad se vive durante todo el año, aunque es ahora cuando barrios, comparsas, charangas y verbenas toman las calles para decir que han llegado las antiguamente llamadas «Fiestas de Invierno» o de «Primavera». Los moralos celebran este domingo lo que se conoce como el «Domingo Gordo», con un desfile de carrozas y comparsas. Todo hasta el amanecer, porque al día siguiente, turistas y vecinos de Navalmoral disfrutan de la degustación de migas. El lunes y martes tradicionales, los moralos comparten las actividades típicas hasta el entierro de la sardina, que junto con los fuegos artificiales, ponen punto y final a las celebraciones.

El Cingarrón de Verín (Orense)

En Galicia, la cultura tradicional mezcla los ritos paganos con los religioso, en una tierra donde el folclore está recubierto de un halo mágico. En Verín, cada año recorre las calles el Cigarrón con motivo del «Entroido». Este personaje es un enmascarado que está ataviado con cencerros y que es el heredero del que, siglos atrás recaudaba los impuestos de los Condes de Monterrey.

También Navarra y País Vasco

Junto a éstos, hay otros pueblos donde el Carnaval también es tradición destacada, es el caso de Lanzt en Navarra, de Bielsa en la provincia de Huesca, de Solsona en Lleida, o, más cerca, de Ciudad Rodrigo en la provincia de Salamanca.